concédeme hoy la gracia para reconocer los impulsos de tu Espíritu dentro de mi alma y estar siempre atento a todo lo que tu me tengas que decir.
No permitas jamás que los ruidos del mundo lleguen a confundirme a tal punto que no pueda percibir tu voz. No dejes que me engañe jamás en cuanto al significado de tus mandamientos y de ese modo permíteme que en todos los casos obedezca tu voluntad.
Por la Gracia de Jesucristo, amén.
Autor: John Baillie