Retengan lo que es bueno 1 Tes. 5.21

4/10/17

Reforma Protestante

LA HERENCIA DE LA REFORMA PROTESTANTE DEL SIGLO XVI

DOMINGO, 31 DE OCTUBRE DE 1517

Fue grande la sorpresa que tuvieron los feligreses de la Catedral de Wittenberg, Alemania, aquel domingo 31 de octubre de 1517, al ver desplegadas sobre la puerta de entrada una serie de protestas que su sacerdote había escrito contra los abusos de la Iglesia Católica Romana.

Se trataba de las famosas 95 Tesis de Martín Lutero, con las que este sacerdote de la orden de los agustinos inició abierta y valientemente su denuncia de las desviaciones de la Iglesia. La gota que derramó el vaso fue la descarada venta de “indulgencias” que se realizaba en toda la Europa occidental, con el fin de recaudar fondos para concluir la construcción de la Basílica de San Pedro en Roma. Las indulgencias eran bulas papales que falsamente garantizaban a las personas que evitarían sufrir en el “purgatorio” cierto tiempo, según el valor pagado. El dogma del purgatorio era otra enseñanza no escritural, adoptada varios siglos atrás.
La inquietud principal de muchos era ver las enseñanzas y prácticas de la Iglesia, en contraste con lo que enseñan las Escrituras. Éstas no estaban al alcance de la mayor parte del pueblo, por estar en latín, el cual era leído sólo por el clero y por los eruditos universitarios. Además, desde el s. XIII, el Concilio de Valencia había prohibido que los laicos leyeran la Biblia, y aun fue puesta en la lista o índice de los libros prohibidos. De allí que la principal preocupación y objetivo de los reformadores fue siempre la traducción de la Biblia al lenguaje del pueblo, lo cual recibió siempre gran oposición de la Iglesia.

El descontento contra la Iglesia Católica Romana venía desde mucho tiempo atrás, pero el efectivo instrumento de represión de ésta, el Tribunal del Santo Oficio o Santa Inquisición, había acallado a quienes se atrevieron a expresar su inconformidad, usando sus métodos de amonestación, tortura y pena de muerte en la hoguera. Esto lo ilustran dos de los precursores.

DOS PRECURSORES DE LA REFORMA 

JOHN WYCLIFFE (c. 1330-1384). Teólogo precursor de la reforma en Inglaterra. Unos dos siglos antes de Lutero, Wycliffe ya cuestionaba la autoridad papal y rechazaba la doctrina de la transubstanciación. Afirmaba también que toda autoridad proviene de la gracia divina y que quien comete pecado pierde tal derecho. Se opuso a la petición del Papa de que la iglesia de Inglaterra enviara sus riquezas a Roma. Sostenía también que Dios puede relacionarse directamente con los humanos sin la mediación del clero; que los cristianos podían gobernarse a sí mismos, sin la jerarquía sacerdotal; y que podían guiarse obedeciendo la Biblia.

Desde 1408, estaba prohibido en Inglaterra traducir, hacer circular y aun poseer la Biblia en el idioma del pueblo. Había llegado a ser un libro prohibido. Juan Wycliffe pensaba que la Biblia debía estar al alcance de todos y la tradujo al ingles. Como no había imprenta, las copias se hacían a mano; pero los eclesiásticos y funcionarios los hacían desaparecer pronto y cruelmente.

Wycliffe denunció otras desviaciones de la Iglesia y llamaba a volver a la sencillez y modestia de Jesucristo y de los cristianos de la era apostólica. Se le acusó de herejía y fue expulsado de Oxford; se retiró a su parroquia y allí murió. Sus discípulos difundieron la Biblia que él tradujo y publicó en 1388. Sus escritos influyeron en Jan Huss y Lutero lo admiraba.

Sus enseñanzas fueron revisadas y condenadas como herejías, por lo cual su cuerpo fue desenterrado y quemado en 1428.

JAN HUSS (c. 1372-1415). Licenciado en ciencias y humanidades, profesor de la Universidad de Praga y precursor de la reforma en Bohemia (hoy República Checa).

John Wycliffe había influido en él, ambos condenaban los abusos de la iglesia e intentaron acercar a ésta con el pueblo. Afirmaban que la Biblia era la máxima autoridad religiosa y que sólo Cristo era la verdadera cabeza de la iglesia y no el clero corrupto.

Cuando Huss llegó a ser muy popular, uno de los tres clérigos que se disputaban el papado, ordenó que fuera excomulgado, se quemaran sus libros y se condenaran sus enseñanzas. Tuvo que huir de Praga y buscar refugio en los castillos de sus amigos nobles.

Fue llamado a tomar parte en el Concilio de Constanza que intentaba acabar con el cisma entre los papas rivales y con algunas herejías. Aunque se le concedió un salvoconducto, al llegar fue arrestado y enjuiciado por hereje. Al pedírsele que se retractara, Huss se negó, por lo que fue ejecutado en la hoguera.


LOS REFORMADORES 

MARTÍN LUTERO (1483-1546). Martín Lutero fue profesor de filosofía y, desde 1507, sacerdote de la orden de los agustinos. Las pocas copias que entonces existían de la Biblia eran propiedades de las universidades o monasterios. Siendo catedrático de la Universidad de Wittenberg, obtuvo el título de Doctor en Sagrada Escritura. Al estudiar las Escrituras, vio la gran diferencia entre las enseñanzas de ésta y las prácticas de la Iglesia en aquella época. Y resolvió revelar esa verdad.

El 31 de octubre de 1517, indignado especialmente por la descarada venta de indulgencias, Lutero publicó sus famosas 95 Tesis en que exponían los abusos de la Iglesia. Esto causó gran revuelo y controversia. Aquél día comenzó con paso firme la Reforma Protestante.

El versículo bíblico que marcó el punto pivotal en la vida de Lutero fue Romanos 1:17, “más el justo por la fe vivirá.”

En 1520, Lutero asistió a una gran asamblea llamada la Dieta de Worms, convocada por Carlos V, Emperador de Alemania (que era también el rey Carlos I de España). Allí, ante unos 300 príncipes, obispos y eruditos, Lutero sostuvo con firmeza las doctrinas de las Sagradas Escrituras. Cuando se le pidió que se retractara de todo lo que había sostenido hasta entonces, él rehusó hacerlo y pronunció sus famosas palabras: “Se trata de la Palabra de Dios, de la fe cristiana y de la salvación. Heme aquí, no puedo hacer otra cosa; que Dios me ayude.” Y salió de aquella célebre reunión. La Dieta de Worms lo declaró proscrito, o sea, fuera de la ley.

Mientras regresaba a casa, fue aclamado en varias poblaciones. Luego fue “secuestrado” por órdenes de su amigo Federico el Sabio, quien lo protegió en su castillo en Wartburg, para evitar que fuera asesinado, pues estando proscrito cualquiera podía matarlo impunemente.

Durante su encierro en Wartburg, Lutero empleó diez meses (1521-22) para traducir el Nuevo Testamento al alemán. Por primera vez la Biblia era puesta en el lenguaje común del pueblo, ya que sólo existía en latín, una lengua muerta que sólo conocían los miembros del clero y otros eruditos. El éxito fue enorme; en once años se hicieron 58 ediciones de esta traducción.

Al cesar la conmoción, regresó a Wittenberg y continuó enseñando las Sagradas Escrituras con denuedo. Allí tradujo el Antiguo Testamento de los idiomas originales: hebreo, arameo y griego. Luego preparó la primera edición de la Biblia al alemán, que se publicó en 1534.

Lutero también publicó muchos libros y numerosos himnos para el culto público. Él creía que la música y el canto en la Iglesia debían ocupar, junto a la predicación, un lugar prominente en los servicios. Su himno “Castillo Fuerte es Nuestro Dios” llegó a ser un símbolo de la Reforma.

A Lutero se le conoce como el padre del idioma alemán moderno, pues contribuyó de manera decisiva a darle configuración al alemán literario de su época. Su traducción de la Biblia fue el más firme soporte para llevar a cabo la Reforma religiosa del siglo dieciséis.

Los tres grandes eventos que determinaron el fin de la larga noche medieval (500 d.C. a 1500), y el inicio de la Edad Moderna, fueron la invención de la imprenta con tipos móviles, por Juan Gutenberg, en Alemania, en 1451; el Descubrimiento de América por el italiano Cristóbal Colón al servicio de España, en 1492; y la Reforma Protestante iniciada por Lutero, en 1517.

La invención de la imprenta aceleró la difusión de la información; el descubrimiento de América aportó, además de riquezas, una nueva visión del mundo y de la humanidad; y la Reforma Protestante liberó la mente y la fe de la férrea tutela del clero católico.

Lutero proclamó: 

· El sacerdocio universal de los creyentes: el derecho y responsabilidad de toda persona a llegarse directamente ante Dios en busca de su salvación, sin ningún intermediario.

· El libre examen de las Escrituras: el derecho de toda persona a leer por sí sólo el texto bíblico con la sola ayuda de su autor: el Espíritu Santo.

· La salvación viene de: sólo Cristo, sólo la fe, sólo la gracia, sólo la Escritura.

El movimiento luterano trascendió el ámbito de la religión, y afectó también la política, la economía, la educación, la filosofía, el lenguaje, la música y otros espacios de la cultura.

Lo ocurrido en Alemania animó también a otros reformadores en otros países. Además de los luteranos, había otros cristianos reformistas, inspirados por el teólogo suizo Ulrico Zuinglio, que deseaban formar Estados teocráticos basados en la Biblia; y los radicales anabaptistas, en su mayoría gente pobre que querían formar iglesias independientes del Estado.

FHILIP MELANCHTON (1497 - 1560). Teólogo y erudito en el idioma griego, quien fue uno de los más prominentes reformadores alemanes. Sustituyó a Lutero como líder del movimiento en Wittenberg, cuando aquél estuvo confinado en el castillo de Wartburg. En la Dieta de Augsburgo, en 1530, Melanchston presentó la llamada Confesión de Augsburgo.

Era flexible y abogaba por retener algunas ceremonias católicas, por creer que no eran problema y que podían tolerarse. Esto le trajo críticas de los que propugnaban por cambios radicales.

ULRICH ZWINGLI (1484 - 1531). Téologo quien fue el más prominente reformador en Suiza. Él sostenía que la práctica y la doctrina cristiana debían provenir directamente de las Escrituras, por lo cual entró en conflicto con la Iglesia. Los habitantes de Zürich lo apoyaron y se declararon independientes de la autoridad del obispo católico.

JUAN CALVINO (1509 - 1564). Teólogo, humanista y reformador religioso de Francia. Por su amistad con un simpatizante de Martín Lutero, Calvino tuvo que huir de su país y se estableció en Suiza. Allí formuló, basado estrictamente en la Biblia, los principios fundamentales de sus enseñanzas, que reciben el nombre de calvinismo, en el cual se basan hoy muchas iglesias reformadas. Su teología le atrajo la persecución de la Inquisición y tuvo que huir constantemente.

Su famosa obra, “Institución de la Religión Cristiana,” lo destacan como el mejor formulador del movimiento reformador protestante.

Calvino se destacó en Ginebra por su gran labor social y educativa a favor de la población necesitada. Al igual que Martín Lutero, escribió profusamente, compuso muchos himnos y les dio al canto y la música un lugar de importancia en el culto público.

Siempre propugnó por que la Iglesia recobrara el dinamismo y santidad de la iglesia apostólica.

   
WILLIAM TYNDALE (ca. 1494-1536). Erudito y reformador inglés. Obtuvo su maestría en Oxford en 1515. Aunque estudió los escritos escoláticos y escuchó enseñanzas renacentistas, la luz le vino de la misma Palabra de Dios. El Nuevo Testamento en griego, completado por Erasmo de Rotterdam, llegó hasta Oxford y, a través de éste, Dios habló a Tyndale y él se convirtió.

Estudió en Cambrige para mejorar su conocimiento del griego. Allí conoció a otros cristianos dedicados al estudio de las Escrituras, quienes discutían la discrepancia entre las enseñanzas de la iglesia y lo que decía la Biblia. Tyndale estaba convencido de que las Escrituras eran la Palabra de Dios y eran la palabra final por la que debía juzgarse cuanto se enseñaba.

Cuando ya podía leer el griego con facilidad, se preguntaba cómo podrían los campesinos aprender del plan de salvación a menos que tuvieran un Biblia en inglés.

Sin conocer el griego, John Wycliffe había traducido ya la Biblia al inglés en 1382. Tyndale se dio cuenta de que con su conocimiento del griego, él podía proveer una traducción más exacta. Por 1520, William Tyndale era uno de los eruditos que conocían los idiomas clásicos y leían la Biblia. Ellos se preguntaban por qué el pueblo no tenía acceso a ella en su lengua.

Mientras Tyndale era tutor de los hijos de Sir John Walsh, tuvo oportunidad de discutir con diversos miembros del clero. En vez de responderles con lenguaje filosófico o teológico, él usaba su Nuevo Testamento en griego, al cual los clérigos comenzaron a temer. Éstos sabían que Tyndale iba a veces a Bristol y predicaba a la gente en Saint Austin’s Green y comenzaron a verlo como una amenaza. El clímax llegó cuando un alto letrado fue invitado a refutar a Tyndale. El erudito falló y al hacerlo profirió una declaración blasfema, que provocó a Tyndale a comprometerse a traducir la Biblia al inglés.

Cuando sospechó que sería capturado por herejía, huyó a Londres, donde fue protegido por un amante del evangelio, Humphrey Monmouth. En la casa de su protector, Tyndale se dedicó a la traducción y se encontró con un viejo amigo de Cambridge, John Fryth, un brillante matemático. Los dos pasaban horas traduciendo el Nuevo Testamento al inglés, a sólo unos pocos metros de la casa del Obispo de Londres.

Después que Tyndale llegó a Londres, el obispo arrestó y encarceló a varios cristianos que amaban la Biblia. Tyndale observaba en silencio, y aunque no temía morir, pero temía que era capturado, los ingleses no tendrían la Biblia en su idioma.

En Londres él comenzó a predicar las doctrinas bíblicas que eran novedosas y desafiantes. Por ello tuvo huir a Alemania, cuando ya había hecho algunas traducciones del griego. La Reforma Protestante no había prendido aún en Inglaterra. Enrique VIII se había separado de Roma porque el Papa no le había concedido el divorcio de su primera esposa (se casó seis veces). Los líderes que allí deseaban una renovación espiritual habían sido quemados en la hoguera.

Así que Tyndale dejar Inglaterra y se llevó sus manuscritos. Se embarcó para Hamburgo, Alemania, en 1524. Luego vivió en Wittenberg por varios meses, para radicarse finalmente en Colonia, donde comenzó a traducir el Nuevo Testamento. Tenía muchos enemigos que no podían aceptar la idea de que la gente común leyera la Biblia.

Comenzó la impresión, pero cuando se supo que la Biblia se estaba imprimiendo en inglés, las autoridades ordenaron la confiscación de las páginas ya impresas. Tyndale supo de tal orden, recogió lo que estaba ya impreso y huyó a Worms. Cuando el rey inglés, Enrique VIII y el cardenal Wolsey oyeron que este ‘hereje’ intentaba llenar a Inglaterra con biblias inglesas, la vida ya no fue la misma para Tyndale. Era un hombre perseguido.

En Worms se completó la primera edición del Nuevo Testamento, y en la primavera de 1526, las primeras copias entraron a Inglaterra clandestinamente, escondidas en piezas de tela por fieles comerciantes cristianos. Era la primera traducción al inglés y uno de los ejemplares logró llegó a manos de Ana Bolena, la segunda esposa de Enrique VIII. Los acontecimientos políticos mantenían totalmente ocupados al rey Enrique VIII y al Cardenal, mientras el Nuevo Testamento en inglés se vendía en secreto y se difundía por toda Inglaterra entre gentes de todos los estratos sociales.

Fue una versión que la gente amaba, más que lo que el mismo Tyndale se imaginaba. Se leía en monasterios y conventos. La autoridad de las enseñanzas de Cristo en las Escrituras contrastaban con las dudas que expresaban los teólogos. Muchos se convirtieron a Cristo, hallaron su salvación y las vidas fueron cambiadas.

El obispo de Londres estaba furioso cuando recibió una copia del Nuevo
Testamento. Comenzó una enconada persecución contra la traducción de Tyndale y era un delito poseer una copia. Gentede toda clase fue encarcelada y muchos ejemplares fueron interceptados y quemados. Hoy sólo existen dos ejemplares. En 1534 Tyndale publicó una segunda edición revisada.

En 1534 gozaba de la hospitalidad de un comerciante cristiano de Antwerp. Juntamente con Miles Coverdale, comenzó a traducir el Antiguo Testamento, pero sólo vio completado el Pentateuco. Tyndale fue denunciado por un compatriota y, por medio de mentiras, fue conducido a un lugar, donde fue arrestado. Durante año y medio languideció en prisión.

En 1536, tras un simulacro de juicio fue condenado como hereje. Se le condenó a la hoguera, pero antes de su ejecución fue estrangulado. Sus últimas palabras antes de ser estrangulado fueron: “Señor, abre los ojos del Rey de Inglaterra.”

Miles Coverdale concluyó la tarea y la Biblia completa se imprimió en inglés por primera vez. Ese mismo año, el rey Enrique VIII leyó la Biblia de Coverdale, que incluía el Nuevo Testamento de Tyndale, sin ninguna alteración, aunque no tenía el nombre de éste. En la versión “autorizada” que se publicaría después, un noventa por ciento proviene de la versión de Tyndale. Y aun en la versión revisada, que se publicó más adelante, el setenta y cinco por ciento la versión de Tyndale aún persiste.

En septiembre 5, de 1538, el rey ordenó que cada iglesia en la nación desplegara “una copia de toda la Biblia en inglés, del mayor tamaño.”

Tyndale había expresado su sueño de traducir la Biblia al lenguaje popular así: “Espero poder enseñar al más pobre jornalero más de la Palabra de Dios que lo que saben los más sabios doctores.” Y finalmente el sueño de Tyndale se había hecho realidad.

EL VALIOSO LEGADO DEL BREVE MOVIMIENTO REFORMADOR EN ESPAÑA: 
LA BIBLIA DE CASIODORO DE REINA 

La Reforma Protestante no prendió en España. Aunque hubo muchos que abrazaron tanto las ideas luteranas como las calvinistas, la mayor parte de ellos tuvieron que salir del país para siempre, huyendo del Tribunal del Santo Oficio, o Tribunal de la Inquisición. Este nefasto brazo de opresión de la Iglesia Católica Romana, se había actividado recientemente para vigilar y castigar a los judaizantes, así como los “relapsos” o nuevos conversos del judaísmo y del islam que regresaban a sus creencias. Con los brotes reformadores, la emprendieron también contra los simpatizantes de este movimiento.
El más perdurable legado del breve movimiento reformador español fue la traducción de las Escrituras conocida como la Biblia Reina-Valera, la cual irónicamente fue realizada y publicada en el exilio.

CASIODORO DE REINA (? - 1594) Y CIPRIANO DE VALERA (1531 – 1606). 

Casiodoro de Reina llevó a cabo la primera traducción de toda la Biblia al castellano. La primera edición de dicha obra vio la luz en Basilea, Suiza, en 1569, con un tiraje de 1569 ejemplares. Su obra realizada en diez años ha perdurado por más de cuatro siglos, pues es la versión que más se difunde en todos los países y comunidades de habla castellana. La primera de varias revisiones a esta versión fue realizada por Cipriano de Valera, y publicada en Ámsterdam, Holanda, en 1602.

La traducción de Casiodoro de Reina fue realizada durante el llamado Siglo de Oro, o siglo clásico de la literatura castellana, por lo cual recoge las más formas hermosas en que una floreció nuestra lengua. Esta versión fue la culminación de las obras clásicas del Siglo de Oro (segunda mitad del s. XVI y primera mitad del s. XVII), en que también se escribieron las grandes obras de Cervantes, Quevedo, Góngora y Lope de Vega.

Reina y Valera nacieron ambos en Badajoz, en el sur de España en la primera mitad del siglo XVI, y estudiaron en la Universidad de Sevilla. Reina continuó estudiando en Basilea, Suiza; y Valera ejerció la docencia en Cambridge y Oxford, Inglaterra.

Los dos eran frailes en un monasterio de la orden de los jerónimos, en el monasterio de San Isidro del Campo, el cual abandonaron en 1557 para marcharse a Ginebra, Suiza. Como otros tantos españoles convertidos al protestantismo, buscaban libertad, Reina y Valera dejaron para siempre España. En su peregrinar dejaron huellas de su fe, protesta, sacrificio, valor, amor y trabajo a su paso por Francia, Suiza, Alemania, Bélgica, Holanda e Inglaterra. Se separaron finalmente en Londres, donde permaneció Valera, mientras Reina siguió su migración en el exilio. No volvieron a verse y talvez ya nunca se comunicaron.

Ni Felipe II, ni la Inquisición pudieron detenerlos. Ésta sólo pudo quemar su efigie simbólicamente e incluir su traducción de la Biblia en el índice de libros prohibidos. Ambos fueron prolíficos autores de varios libros en materia religiosa.

La primera traducción del Nuevo Testamento, del original al castellano, había sido realizada por Francisco de Enzinas, y publicada en Amberes, Bélgica, 1453. Luego fue editada y publicada por Juan Pérez de Pineda en Ginebra, Suiza en 1556. Haciéndole algunos arreglos, Reina aprovechó la versión de Enzinas desde Santiago hasta Apocalipsis; mejoró el castellano de Juan Pérez y actualizó la ortografía.

Aunque la Inquisición, desde Madrid y un año antes de su publicación, calificaron la traducción de Reina de “dañina” y exigieron que se detuviera su difusión, ésta llegó a España y a sus colonias en América.

Casiodoro de Reina fue pastor en Ginebra, Londres, Amberes y Francfort, Alemania, donde murió en 1594. Se sabe que Valera aún vivía en 1606, mientras enseñaba en Cambridge y Oxford. Reina en sus últimos años impartía las enseñanzas luteranas, mientras que Valera había adoptado el calvinismo.

FRANCISCO DE ENZINAS (1520–1570). Teólogo español, discípulo de Felipe Melanchton y profesor en inglaterra y Suiza. Después de visitar Wittenberg, se sintió movido a traducir el Nuevo Testamento al castellano, lo cual hizo y publicó en Amberes, Holanda. Esa traducción fue perseguida y casi desapareció. Juan Pérez de Pineda la usó como base para su propia traducción del Nuevo Testamento y los Salmos. Cuando ésta también casi había desaparecido, pues las autoridades francesas destruyeron sus escritos, a petición de Felipe II de España, Casiodoro de Reina publicó su traducción, basada también en la Enzinas. El castellano fue el último de los grandes idiomas modernos en poseer la Biblia, pues en España los brotes de la Reforma fueron apagados hasta el siglo XX, cuando finalmente logró penetrar el evangelio.


PARA NO OLVIDAR LO QUE SIGNIFICÓ LA REFORMA PROTESTANTE DEL SIGLO XVI 

Para entender lo que realmente significó la Reforma Protestante del siglo XVI, conviene recordar todas las herejías que la iglesia institucionalizada, con el nombre de Iglesia Católica Romana, logró introducir en el cristianismo, desviándolo del cristianismo apostólico de los primeros dos siglos.

· Ca. 300. Se comienza a orar por los muertos y a hacer la señal de la cruz.
· 394. La Misa Católica Romana es adoptada como una celebración diaria.
· 431. El Concilio de Éfeso declara a María como “Madre de Dios” otorgándole el
derecho a ser venerada; y asimismo a los santos que ya han fallecido.
· Ca. 593. El Papa Gregorio el Grande establece la doctrina del purgatorio.
· Ca. 593. El Papa Gregorio el Grande establece la doctrina del purgatorio.
· Ca. 600. Gregorio I establece la adoración en una lengua desconocida, o en latín.
También se inicia el culto a María y a los santos.
· 610. El Emperador Phocas da al obispo de Roma el título de Papa.
· 709. Comienza la práctica de besar el pie o el anillo del Papa.
· Ca. 788. Se introduce la adoración de la cruz, las imágenes y reliquias.
· 850. Comienza el uso de agua bendita con sal, bendecida por los sacerdotes.
· 965. El bautismo de bebés es introducido por el Papa Juan XIV.
· 998. Se impone la cuaresma y el ayuno obligatorio el viernes. El Papa Juan XV comienza la canonización de los santos.
· 1079. Bonifacio VII emite la ley contra el matrimonio de los sacerdotes: celibato.
En el siglo XI se instituye también el sacrificio de la Misa.
· 1090. Pedro el Ermitaño comienza la práctica (hindú y musulmana) de rezar usando el rosario.
· 1100. Se introduce la misa por el alma de los difuntos.
. 1115. Las indulgencias pasan a ser la manera corriente de obtener el perdón de los pecados (pagar para no ir al purgatorio).
· 1184. Se instituye el Tribunal del Santo Oficio, o Santa Inquisición, para juzgar a los herejes.
· 1208. Se introduce oficialmente el rezo del rosario.
· 1215. La confesión auricular, ante un sacerdote, es instituida por Inocente III en el Concilio Laterano. Él también proclama la doctrina de la transubstanciación.

Por la misma época se introduce la hostia en vez del pan en la comunión.
· 1220. El Papa Honorio introduce la adoración de la hostia.
· 1229. El Concilio de Valencia prohíbe que los laicos lean la Biblia y ésta es puesta en la lista o Índice de los libros prohibidos.
· 1286. El monje inglés Simon Stock introduce el uso del escapulario.
· 1414. Desde el Concilio de Constanza la copa con vino durante la comunión deja de darse a la congregación. Sólo el sacerdote participa de ella.
· 1438. El purgatorio se proclama como artículo de fe en el Concilio de Florencia.
· 1439. La doctrina de los siete sacramentos es afirmada.

A pesar de las denuncias de los reformadores, después del largo Concilio de Trento (realizado en Trento, Italia), la Iglesia Católica Romana no solamente no renunció a sus muchas herejías, sino confirmó la mayoría de ellas. Aun más, continuó agregando nuevas desviaciones.

 1545 – 63. El Concilio de Trento establece que quien afirme ser salvo sólo por la fe, sea excluido de la Iglesia. Lo mismo padecerá quien afirme que la justicia recibida no puede ser incrementada por las buenas obras delante de Dios, sino de Dios, sino que únicamente son los frutos y señales de la justificación recibida.
· 1546. El Concilio de Trento agrega a la Biblia siete de los llamados libros apócrifos, los cuales no los cuales no son inspirados. Además, decreta que la tradición de la Iglesia Católica Romana tiene igual autoridad que las Sagradas Escrituras.
· 1854. Se introduce la doctrina de la inmaculada concepción de María.
· 1871. Se proclama la infalibilidad del Papa.
· 1950. Se declara como dogma la asunción –o ascenso- corporal de María al cielo.

El creciente movimiento ecuménico, cada vez, más llama a un acercamiento y hasta a una unión con Roma. Sin embargo, la Iglesia Católica Romana, no ha cambiado sus enseñanzas, solamente las ha relegado a un plano menos visible, mientras algunos sectores de ella se han modernizado, revestido de una apariencia que luce renovada, similar al culto externo de las iglesias evangélicas, con lo cual se ha ganado la simpatía de éstas.

Cualquier acercamiento a la Iglesia Católica, mientras ella no renuncia a sus desviaciones y acepte los postulados planteados por la Reforma Protestante, revela un desconocimiento de la historia, y es una traición a los miles que murieron por volver a los principios del evangelio apostólico, y especialmente por poner en manos de cada creyente una Biblia en su propio idioma.

Cada 31 de octubre las iglesias evangélicas deberían rememorar aquel evento en 1517, que propició la libertad de la práctica del Evangelio de Cristo, de la férrea tutela del romanismo, su clero y su brazo amenazante: el Tribunal del Santo Oficio, más conocido como Tribunal de la Santa Inquisición.

Recopilación de Carlos H. Marroquín Vélez. Guatemala, 30 de octubre de 2005.

Fuente hipertexto: http://estudiosbiblicoscmarroquin.blogspot.com.ar/2012/10/reforma-protestante.html?m=1 - Actualizado al 4/10/17
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