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17/2/18

Prevención de la violencia en el noviazgo

POR ADRIANA · PUBLICADA FEBRERO 14, 2018 · ACTUALIZADO FEBRERO 14, 2018

–MARÍA ELENA MAMARIAN* —

¿Cuáles son las características de un novio que maltrata?

Tiene un bajo concepto de la mujer en general, que se expresa en críticas, burlas, chistes de mal gusto, expresiones y conductas discriminatorias. Todas las demás mujeres, a excepción de la novia, son brujas, locas, prostitutas, etc. Obviamente, con el tiempo ella también recibirá estos adjetivos.

Por momentos idealiza a la novia, hablando cosas maravillosas de ella, pero con la misma facilidad la denigra y la critica. Como suele tener baja autoestima y se siente amenazado como hombre, no tolera que ella se destaque en ningún aspecto. Por un lado, la admira, pero por otro lado, la rebaja, la subestima. La descalificación puede ser abierta, explícita, hasta ridiculizarla y burlarse de ella en público, pero también puede ser sutil, a través de tonos y miradas despectivos. En muchos casos, se da la «doble fachada»: es amoroso con ella en público pero la maltrata en la intimidad.

Tiene altas exigencias hacia ella. Pretende que ella se vista, se maquille y actúe como él quiere. También la compara con otras mujeres para humillarla o rebajarla. La critica por todo lo que ella hace, dice y piensa, con lo cual la novia pierde la seguridad en sí misma.

El control marca casi todos los aspectos de la relación, y no la mutua interdependencia. Suele ser posesivo hasta el extremo. No tiene una cuota normal de celos, sino que éstos adquieren proporciones increíbles. Intenta controlar a la novia, llamándola todo el tiempo, queriendo saber qué hace y qué piensa de un modo obsesivo y desesperado. No la deja nunca sola o con otras personas. Muchas veces las chicas interpretan esto como una expresión de amor enorme, pero termina ahogándolas. Ambos sufren; él por su inseguridad que no se sacia con nada que ella pueda hacer o dejar de hacer, y ella porque no puede ser libre.

Por sus celos casi delirantes, la acusa de prestar más atención a otros, salir con otros hombres, hasta de tener relaciones sexuales con otros. Él mismo sufre y la hace sufrir a ella con acusaciones sin ningún tipo de fundamento.

Logra un gradual aislamiento del entorno, de la familia y de los amigos. Al principio del noviazgo suele ser normal un cierto repliegue del entorno para consolidar la relación, pero en el noviazgo disfuncional habrá una progresiva retracción del medio, justamente para evitar la intromisión de otros que pueda amenazar la ruptura de la pareja. Así se perpetúan las interacciones íntimas de maltrato. Es el mismo patrón que suele darse en las familias donde existe violencia. Como resultado del aislamiento, muchas veces se abandonan amistades, estudios, desarrollo de hobbies e intereses. No es fácil acceder a estas parejas para saber cómo es la relación y ayudarlas.

Una forma de aislar a la novia de su entorno es criticar a su familia, a sus amigos, a sus compañeros de trabajo. De esta manera también neutraliza la sospecha que alguien pueda formular contra él. Como resultado, ella también empieza a ver a todos como enemigos de su relación y «se pega» más a él. Si la novia llega a darse cuenta de cómo son en realidad las cosas, siente vergüenza de admitirlo frente a los que le advirtieron de las señales negativas de la relación. Esto la perpetúa en la relación.

Se enoja fácilmente, dado que no cuenta con recursos para tolerar la frustración. Tiene un alto nivel de agresión verbal, que suele predecir la violencia física que se dará más adelante. Ante un arrebato de ira puede perder el control y empujar a la novia, o zamarrearla o tirarle el pelo. Se «arrepiente» rápidamente por el miedo a perderla, especialmente si ella amenaza con cortar la relación. Sin embargo, al poco tiempo repite la conducta.

Cuando ella reacciona con enojo o reproches al maltrato, la acusa de loca, exagerada, histérica, etc., con lo cual la culpa recae nuevamente sobre ella.

A pesar de ser cumplidores en el trabajo u otras obligaciones, por lo general muestran una gran desconsideración, falta de respeto por los horarios y los acuerdos con ella. Es la forma de marcar su dominio mostrando quién manda y controla la relación.

Nunca admite equivocarse. No pide disculpas, ya que no reconoce sus errores. Siente que si lo hace quedará disminuido frente a ella. La mayoría de las veces ella asume que es la culpable de las situaciones que se generan, por cansancio, para tener un poco de paz, o porque realmente lo cree así.

Al maltrato verbal suele agregarse la manipulación a través de la indiferencia, el enojo o el silencio. Se muestra ofendido y rara vez expresa por qué. Es una forma más de maltrato emocional, haciendo abuso de poder. La mayoría de las veces lo hace como maniobra de manipulación, pero otras veces es verdad que ni siquiera él mismo sabe en realidad a qué se debe su malestar emocional.

Amenazas a su integridad física, a revelar secretos de su intimidad, a cortar la relación si ella no se somete. El auge de las redes sociales entre los más jóvenes también ofrece un terreno propicio para la manipulación. Muchas parejas obtienen fotos o graban videos íntimos que luego pueden ser usados para la extorsión, amenazando difundirlos públicamente. La relación se basa entonces en un pacto de silencio que impide la ayuda externa.

La manipulación adquiere forma de amenaza con temas de locura o de muerte de sí mismo o de ella, y aun de sus familiares. «Si me dejas me mato, o me voy a volver loco.» «Eres mía o de nadie más; si te veo con otro, te mato y después me mato yo.» La realidad de los femicidios de chicas muy jóvenes también aumenta la vivencia de riesgo de muerte. Produce miedo y culpa en ella, con lo cual la inmoviliza y no puede decidir en libertad sobre la relación.

La intensa dependencia se evidencia en que se angustia o enoja si se habla de dejar la relación. Por otro lado, no puede mantener una intimidad saludable y suele ser superficial, distante en su trato y en sus conversaciones, ya que él mismo no puede contactarse profundamente con sus propios estados afectivos.

Muchas parejas terminan teniendo relaciones sexuales no consentidas por ella, lo cual constituye una violación, tal como puede ocurrir también en el matrimonio. Justamente se usa la expresión «violación por confianza», cuando el encuentro sexual se produce por presión psicológica o es forzada físicamente, dentro de una relación de pareja consensuada. Es frecuente que la inicie sexualmente y luego la abandone, incluso estando embarazada. Demás está decir la humillación, la culpa, los sentimientos de indignidad e impotencia que acompañan a la joven en estos casos.

No es necesario que se presenten todas estas características para afirmar que estamos en presencia de violencia en el noviazgo; bastan una o algunas de ellas, y que se den en forma recurrente.

Aunque la violencia en la pareja es predominantemente masculina, no desconocemos que algunas de estas características pueden encontrarse también en la mujer, sobre todo la manipulación, el control y los celos desmedidos.

Rompamos el silencio, Cap. 4: Prevención de la violencia en el noviazgo, pp. 154-159

Fuente: http://ediciones.kairos.org.ar/book-review/rompamos-el-silencio-prevencion-y-tratamiento-de-la-violencia-en-la-familia/
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