Retengan lo que es bueno 1 Tes. 5.21

9/1/23

Atar y desatar - Fernando Alvarado.

Hoy en día es muy común escuchar frases como: “Yo anulo, yo ato, yo cancelo, yo no recibo, yo desato, etc” como si fuesen una especie de conjuro o unas palabras mágicas, no conforme con esto, todas estas expresiones están en su gran mayoría asociadas a bendiciones materiales, logros, éxitos, conquistas, finanzas, otros la usan en momentos de pruebas, tribulaciones o enfermedad, para atar al diablo, los demonios y cualquier otra cosa que se les ocurra. ¿Hay base bíblica para tal práctica? Ciertamente en la Biblia se menciona la expresión atar y desatar, pero ¿Qué enseña realmente la Biblia sobre este tema? Mateo 16:19, uno de los versos bíblicos más tergiversados hoy en día, nos dice: “Yo te daré las llaves del reino de los cielos; y lo que ates en la tierra, será atado en los cielos; y lo que desates en la tierra, será desatado en los cielos”.

Muchos cristianos creen que, con estas palabras de Jesús a Pedro como base, y por extensión a los apóstoles y a todos los demás creyentes, podemos “desatar” bendiciones para nuestras vidas y “atar” toda maldición o espíritu malo que venga contra nosotros. Por tal motivo, no es raro oír en algunas iglesias frases como “desato prosperidad para ti”, o “ato todo espíritu de mal en este lugar”. Incluso hay quienes “atan al diablo” para que no les haga daño. Sin embargo, nunca, nie en Antiguo ni en el Nuevo Testamento encontraremos a algún profeta, juez, sacerdote o apóstol atando al diablo o a los demonios, pues esto Dios nunca se los ordenó, ya que el que tendría el poder para atar al diablo era Jesucristo (Mateo 12:22-30). La Biblia nos enseña, "resistid al diablo y huirá de vosotros" (Santiago 4:7),.no ir a buscarlo para atarlo. No pretendo decir con esto que un cristiano genuino no puede reprender al diablo, pero atarle y reprender son dos cosas distintas. Efesios 6:12 no indica que tú y yo debamos a estar atando a los demonios ni nada por el estilo. Si estudiamos el texto que le sigue, tampoco vemos a Pablo mandándonos a atar, sino a resistir al diablo (Efesios 6:13)

¿Qué significa entonces "atar y desatar" en sentido bíblico? Entre los hebreos la expresión aludí­a a la autoridad que tení­an los rabinos e intérpretes de la ley para dirimir cuestiones doctrinales y disciplinarias basados en la ley (Mt. 23:13; Lc. 11:52). En el pasaje en cuestión Jesús dice a sus discí­pulos que ellos tienen autoridad, (y con ellos toda la Iglesia), para desatar a los pecadores o para declarar en pecado a quienes obedezcan o rechacen el poder del Espí­ritu Santo (Jn. 20:23). Estas palabras, “atar y desatar”, son dichas para todos los creyentes y no solamente para Pedro y los apóstoles. Dios desata y libera, pero deja esta gran responsabilidad también a todos los creyentes formalmente reunidos como asamblea para el trato de cuestiones de disciplina (Mt. 18:15-18; cp. 1 Co. 5). En los padres de la iglesia se puede encontrar este sentido de atar y desatar: Tertuliano (De Pud. 21), Cipriano (73, 7 ad Jub), Orígenes (Com. in Mt., Vol. XII).

Nunca, en la historia de la iglesia (a excepción de la actual moda neopentecostal y carismática), la expresión "atar y desatar" tuvo el significado de hacer venir sobre alguien bendiciones materiales, logros, éxitos, conquistas, finanzas; o mucho menos "cancelar, anular o rechazar" con el poder de nuestra confesión vocal, momentos de pruebas, tribulaciones o enfermedad, ni tampoco para atar al diablo, los demonios o cualquier otra cosa que nos parezca mala o indeseable. Ni Miguel el arcángel se atrevió a tanto:
"... Estos soñadores mancillan la carne, rechazan la autoridad y blasfeman de las potestades superiores. Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda. Pero estos blasfeman de cuantas cosas no conocen..." (Judas 8-10)
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