El expositor bíblico...
I. Ama a Jesús y lo sigue como su modelo de predicador y predicación.
II. Cultiva una vida de integridad en lo personal y ministerial
III. Coloca la palabra de Dios en el centro de su vida y predicación.
IV. Se encarna en su contexto para ser relevante en su predicación.
V. Desarrolla una pedagogía de la predicación motivada por el amor.
VI. Declara “todo el consejo de Dios”, a toda persona y a todas las personas.
VII. No promueve su imagen en detrimento de la gloria de Dios.
VIII. No expone la palabra de Dios sin una rigurosa preparación del Texto, en Oración y
dependencia del Espíritu Santo.
IX. No negocia los valores del Reino de Dios.
X. Crece en la medida que estudia, obedece la palabra de Dios, y asimila la evaluación
de su comunidad
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Fuente: Elaborado por los participantes a la “II consulta latinoamericana de predicación”
Organizada por Langham predicación, Región América latina. Cochabamba,
28 de abril al 1 de mayo del 2008