Día Mundial del Medio Ambiente
La noticia de la decisión del Presidente Donald Trump de retirar a Estados Unidos del acuerdo tomado en París por la Conferencia Cumbre sobre el Clima (COP21) en 2015 ha caído como una bomba en todo el mundo. Retirar a Estados Unidos del acuerdo de hacer su parte para mantener las emisiones de gases de efecto invernadero por debajo del CO2 significa retirar al país con emisiones que llegan al 36 por ciento de las mismas a nivel mundial y ocupa así el segundo lugar en la creación de ese problema después de la China. La razón que Trump ha dado para su decisión es que la aceptación del acuerdo propuesto por la COP21 afectaría negativamente el desarrollo económico y el aumento del empleo que él se ha propuesto lograr para su país.
Por supuesto, a Trump no le importa que la Agencia Meteorológica de las Naciones Unidas ha advertido que si Estados Unidos no respeta el acuerdo de París es previsible que a mediados del siglo sea necesario que no haya ningún aumento de la temperatura y que, aun así, al fin del siglo se registre un aumento de 0,3 grados centígrados. Dicen los científicos que si no se detiene el peligroso aumento del calentamiento global inevitablemente aumentarán los niveles de los océanos, habrá más tormentas e inundaciones, más sequías severas, escasez de agua, pérdida masiva de fauna y flora y reducción de las cosechas de alimentos, con el consecuente resultado de conflictos y migraciones masivas. Lamentablemente, a Trump tampoco le importa que los países más afectados por el calentamiento global en términos de sequías e inundaciones son los países pobres, donde actualmente cerca de dos millones de personas mueren anualmente por falta de agua y muchas más son víctimas de terremotos y sunamis. Y ni siquiera le importan las graves consecuencias del cambio climático previstas para su propio país, incluyendo el hundimiento del resort “Mar-a-Lago” de su propiedad en el Estado de Florida, que quedará cubierto por el agua hacia el año 2060. Después de todo, tampoco le importa violar sus promesas de campaña presidencial, como la promesa de no romper su promesa de no privar de cobertura de salud a sus compatriotas.
La decisión del Presidente Trump ha suscitado un rechazo internacional que probablemente quedará registrado en la historia como el mayor rechazo recibido por un presidente de Estados Unidos. Como afirma el activista ambientalista Bill McKibben en un artículo publicado en el New York Times, esta decisión “equivale a un repudio absoluto de las dos fuerzas civilizadoras de nuestro planeta: la diplomacia y la ciencia.”
En vista de la falta de diplomacia que caracteriza al actual Presidente de los Estados Unidos en el campo de las relaciones internacionales lo más probable es que no dé mayor importancia a las duras críticas procedentes de varios gobiernos alrededor del mundo. Sin embargo, el disentimiento con su decisión no sólo viene de afuera sino también de adentro. Es el caso de Michael Bloomberg, que fue alcalde de Nueva York y actualmente desempeña en las Naciones Unidas el cargo de enviado especial en representación de las ciudades y el cambio climático. Como tal, él acaba de afirmar que el compromiso de su país con el acuerdo de París continuará a pesar de la decisión de Trump. Dice: “Estados Unidos mantendrá nuestro compromiso con París y, con la colaboración de ciudades, estados y negocios estadounidenses trataremos de ser parte del proceso del Acuerdo de París. . . . Aunque el Gobierno de los Estados Unidos se haya retirado del acuerdo, el pueblo de Estados Unidos mantendrá su compromiso — nosotros alcanzaremos nuestras metas. . . . No necesitamos a Washington para cumplir nuestro compromiso, no vamos a permitir que Washington nos lo impida. . . . Este es el mensaje que alcaldes, gobernadores y líderes de empresas de todo el país han estado enviando.”
Para complicar aún más la situación, la desafortunada decisión de Trump abre la puerta para que los países con el mayor contingente de población como son China e India se sientan en libertad de continuar su carrera de contaminación del medio ambiente, aunque afecte la economía y el nivel de empleo de los Estados Unidos. Sin embargo, según Donald Tusk, Presidente del Concilio Europeo, los representantes chinos han manifestado que su país está dispuesto a colaborar con los países europeos en relación con el problema de calentamiento global. Para Tusk, “China y Europa han demostrado solidaridad con las generaciones futuras y responsabilidad en relación con todo el planeta Tierra.” Dijo que la decisión de Trump de retirar a los Estados Unidos del acuerdo de París es un error mayor que el que ese país cometió al negarse a ratificar el acuerdo climático internacional previo, el Protocolo de Kyoto, ya que el nuevo acuerdo, que incluye a todos los países, es más aceptable.” Añadió que la lucha contra el calentamiento global, y toda la investigación, la innovación y el progreso tecnológico que resultarán continuarán con o sin los Estados Unidos.”
Desde una perspectiva cristiana, no podemos menos que rechazar la actitud autocrática del Presidente Trump. No podemos admitir que los intereses económicos de la minoría de la población mundial que él representa cierren los ojos a la responsabilidad ecológica que los seres humanos tenemos, no como dueños absolutos sino como mayordomos responsables de la creación de Dios.
El creciente calentamiento global es un llamado de atención respecto al uso desmedido de los recursos naturales. Lo menos que podemos hacer es apoyar, en la medida de nuestro alcance, todo esfuerzo orientado a adoptar un estilo de vida personal y comunitario que demuestre verdadero cuidado de esa creación.
C. René Padilla
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