Retengan lo que es bueno 1 Tes. 5.21

20/3/19

Las Características de una Secta - David Breese


Uno de los acontecimientos más interesantes y a la vez peligrosos de .nuestros días es la aparición de religiones aberrantes. Los que promueven tanto las sectas antiguas como las nuevas están actuando más y están más activamente que en cualquier otro momento de la historia. El resultado es que millones de Cristianos ingenuos y buscadores de la verdad están siendo desviados a religiones fascinantes que son, más ni menos, sectas falsas y Satánicas.

Un aspecto trágico de este acontecimiento ha sido la atracción que tienen las sectas para los creyentes nuevos o inmaduros. En nuestros días, muchas personas se han convertido al Evangelio mediante el poderoso renacimiento del interés religioso que se está produciendo. Algunos programas de evangelismo han tenido mucho éxito, de manera que cientos de miles de niños, adolescentes y jóvenes han hecho alguna clase de decisión, o han asumido alguna clase de compromiso con Cristo. Podemos regocijarnos en los maravillosos informes de que se están ganando almas alrededor del mundo, sea mediante el evangelismo masivo exitoso o la evangelización individual. Uno de los acontecimientos gratos de nuestro tiempo ha sido el resurgimiento del evangelismo activo en el Cristianismo.

En el momento en que tomamos nuestra decisión por Cristo somos justificados por la fe, y como resultado nacemos en la familia de Dios. Al Cristiano se lo describe como un bebé recién nacido, y se le amonesta en las Escrituras a que desee “la lecha espiritual no adulterada, para que por ella” crezca “para salvación.” (1 Pedro. 2:2). La Biblia señala claramente la necesidad de que el pecador que ha acudido a Cristo para su salvación, crezca. La razón es muy evidente: El creyente recién nacido es un bebé espiritual, y es muy vulnerable a las enfermedades de la niñez que andan rondando alrededor del nuevo creyente mientras está en la Clase Cuna de su vida Cristiana.

Algunas de las peores enfermedades de la niñez espiritual son las sectas falsas. Una secta falsa es una creencia religiosa que, acompañada de sus prácticas, exige adhesión a un punto de vista religioso basado en un sistema doctrinal falso. Las sectas son herejías organizadas, y hoy en día están en plena expansión.

¿Por qué se ha producido en la actualidad este crecimiento? Las sectas que hoy están prosperando en el mundo accidental es están alimentando de la patética ingenuidad espiritual de personas interesadas en el Cristianismo o que se han convertido a Cristo. Las víctimas de las sectas no son los ateos empedernidos quienes no pueden ser convertidos a nada, sino más bien personas crédulas que están dispuestas a creer a cualquiera que, con una cara impasible, habla en nombre de Dios, Cristo o el Espíritu Santo. Una de las grandes y urgentes necesidades espirituales que tienen millones de Cristianos nuevos e ingenuos de nuestro tiempo, es la de aprender las bases doctrinales de la fe Cristiana a partir de la Palabra de Dios. ¡Los Cristianos nuevos necesitan enseñanza Bíblica! Las Iglesias no pueden prescindir del trabajo de los maestros de doctrina Bíblica que estudian y enseñan la Biblia con esmero.

Muchos Cristianos sinceros pero sentimentales, que ignoran la doctrina Bíblica, son presa fácil de los astutos promotores de las sectas que están buscando hacer mella en el escenario religioso de hoy. Los miembros de las Iglesias deberían prestar una renovada atención a las palabras fulminantes de Pablo a los Gálatas: “Estoy asombrado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, pera seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban, y quieren pervertir el evangelio de Cristo” (Gálatas 1:6–7). Los promotores de una secta habían llegado a Galacia, y el Apóstol Pablo actuó rápidamente para refutarlos con un lenguaje muy fuerte. ¡Y hoy en día, veinte siglos después, los promotores de las sectas están en marcha nuevamente!

¿Cuáles son las características por las cuales podemos reconocer el mensaje de aquellos que predican otro evangelio? Hoy en día son muchas las creencias sub Cristianas que están siendo fuertemente promovidas. Algunas de las creencias de las sectas no tienen valor alguno, pero el hecho de conocerlas puede ayudarnos a captar ciertas advertencias que haríamos bien de escuchar. Las sectas populares que están moviéndose en nuestra sociedad hoy se caracterizan por una o más de las creencias perniciosas que enumeramos a continuación. Estas creencias son anticristianas y las Escrituras las condenan usando un lenguaje muy fuerte.


1. REVELACIÓN EXTRA BÍBLICA

Quienes creen en la revelación extra Bíblica afirman que, después que se completó el Nuevo Testamento, Dios ha seguido hablando de diversas maneras. Es la aseveración de que Dios habla o ha hablado fuera de o aparte de la Biblia.

Las enseñanzas de las Sagradas Escrituras se oponen a esta creencia. En ellas se insiste que Dios nos ha hablado en forma final y completa en Su Palabra, la Biblia. Las últimas sílabas definitivas que Dios ha dado a este mundo son las Escrituras del Nuevo Testamento. El último capítulo del Nuevo Testamento cierra absoluta y categóricamente la revelación verbal de Dios diciendo: “Yo advierto a todo aquel que oye las palabras de la profecía de ente libro: Si alguno añade a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quita de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitaré su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro” (Apocalipsis 22:18–19). En este pasaje tan severo de las Escrituras, vemos que ya ha sido dictaminado el juicio más extremo sobre cualquiera que añade o quita algo al mensaje de la Palabra de Dios.

2. MUCHOS AÑADEN A LAS ESCRITURAS

Prácticamente todas las sectas afirman tener un respeto simbólico por la Biblia. Pero de inmediato anuncian alguna clase de revelación subsiguiente que, en efecto, anula las enseñanzas de las Sagradas Escrituras en favor de ese “algo nuevo” que presuntamente viene de parte de Dios. La secta de los mormones sostiene que apareció un ángel anunciando una revelación posterior de parte de Dios, aunque esta “revelación” contradice las enseñanzas del Nuevo Testamento.

Un texto mormón dice: “Algunos neciamente afirman que la declaración del último capítulo de Apocalipsis, versículos 18 y 19 que prohíbe que se quite de o se añada a ese libro, es una advertencia de que Dios ha dicho su última palabra al mundo. Nosotros decimos que esa aseveración es insensata, pues aunque se le prohíba al hombre que manosee el libro del Apocalipsis, Dios no renunció, en ese pasaje, a su prerrogativa de hablar al hombre, ni advirtió que no inspiraría en el futuro a otros hombres para que escribiesen escrituras de parte de Él”.  (Elder W. J. Hayworth, Fall of Babylon (La Caída de Babilonia), p. 301).

Los dirigentes de las sectas contemporáneas proclaman su autoridad diciendo de una forma u otra, “Dios me habló a mí la semana pasada, el año pasado…” “...un espíritu, o el Espíritu me dijo que te diga…”. Los escritos de las sectas están repletos de relatos acerca de las “revelaciones” que Dios ha dado fuera de las páginas de las Sagradas Escrituras. El Apóstol Pablo, sabiendo que sucedería esto, nos advierte que aún si un ángel del cielo nos trae otro evangelio, ese ser será maldito (Gálatas 1:8–9). En estos postreros días, Dios nos ha hablado por medio de Su Hijo (Hebreos 1:2) y de ningún otro modo. Por lo tanto, el mensaje del viejo himno es más que válido:

¡Cuán firme cimiento se ha dado a la fe,
de Dios en su eterna Palabra de amor!
¿Qué más Él pudiera en su libro añadir,
si todo a sus hijos lo ha dicho el Señor?
¡Si todo a sus hijos lo ha dicho el Señor!

Debemos tener cuidado con las personas que anuncian que tienen una revelación especial de parte de Dios, aún cuando lo hagan en nombre del Cristianismo. Aparte de la Biblia no hay ninguna revelación verbal especial de parte de Dios. Las palabras de las Sagradas Escrituras son las palabras finales que Dios ha dicho a este mundo, y no dirá nada más hasta que Jesucristo venga por segunda vez. La revelación extra Bíblica es la primera y más notoria característica de una secta. Y es la más peligrosa, porque es la base para la propagación de toda clase de ideas que destruyen el alma. Dios nos ha hablado sólo a través de su Palabra que permanece para siempre en los cielos. (Salmo 119:89).

El último libro del Nuevo Testamento nos muestra el último cuadro de la historia; presenta el futuro a través del tiempo y aún hasta la eternidad. Acaba con la necesidad de que haya alguna revelación suplementaria, y concluye prohibiendo que se añada aunque una sola palabra a la Revelación que Dios ha completado.

3. LA SALVACIÓN POR OBRAS

La salvación por obras es la enseñanza de que la vida eterna depende de alguna otra cosa que la fe en la obra de Cristo en la cruz. Por lo tanto, la vida eterna no proviene de la gracia de Dios, sino de la responsabilidad humana.

El mensaje del Evangelio de Cristo es que somos salvos por gracia y nada más: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios. No por obras, para que nadie se gloríe.” (Efesios 2:8–9). Somos justificados completamente en base a la justicia de Cristo Jesús que nos es imputada a nosotros. Por lo tanto, recibimos toda bendición espiritual que Dios tiene para nosotros, (especialmente la bendición de la vida eterna) mediante un acto de fe en el cual recibimos a Cristo como Salvador. El Cristiano es “justificado por la fe, sin las obras de la ley” (Romanos 3:28), y lo ha recibido todo sólo por fe, sin obras de ninguna especie.

Las sectas religiosas no hacen tal oferta. En esencia, su mensaje termina sumiendo a los adeptos en una servidumbre esclavizante, por medio de una serie de obligaciones y prácticas a las que hay que someterse.

LA SECTA DE ARMSTRONG: LA IGLESIA UNIVERSAL DE DIOS

Su revista La Pura Verdad no es más que una presentación remozada del Israelismo Británico que, básicamente, intenta obligar a sus súbditos a obedecer la ley Mosaica como base de su salvación. Esta secta proclama que el pueblo británico anglosajón está formado por las diez tribus perdidas de Israel, y llegará a ser heredero de todas las promesas que Dios hizo a Israel si acata la ley de Moisés, tal como la interpreta Armstrong.

Obviamente, es imposible comprobar que los británicos, los australianos y los Norteamericanos son de origen judío. Ésta es una invención carente de todo fundamento. Pero, suponiendo que realmente fueran de origen judío, nuestra respuesta sería: ¿“Y, qué hay con eso?” En el Nuevo Testamento hay una promesa que es mejor que todas las promesas del Antiguo Testamento juntas. Esa promesa es la de Romanos 3:32: “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo  no nos dará también con él todas las cosas?”

Esta promesa es dada a los que creen en Jesucristo para su salvación. Dios también hizo tal promesa el pueblo de Israel. El Armstrongismo es una servidumbre esclavizante a la ley, y esa servidumbre no trae salvación alguna: “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecha por nosotros maldición.” (Gálatas. 3:13). “Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado” (Gálatas 2:16).

A toda persona que se sienta tentada a involucrarse en una religión legalista que ofrece la salvación por obras, el Apóstol Pablo le escribe: “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud” (Gálatas. 5:13). Una salvación que depende de las obras humanas no es salvación para nada, sino un engaño de las sectas.

4. UNA ESPERANZA INCIERTA

Al decir “una esperanza incierta” nos referimos a aquella doctrina que dice que es imposible estar seguro de la vida eterna mientras estamos aquí en este mundo. El problema de nuestra salvación no está nunca solucionado sino uno se ve constantemente desestabilizado por las vicisitudes de la vida.

En el Nuevo Testamento se reitera una y otra vez la maravillosa promesa de que el creyente Cristiano posee una salvación segura. “Bendito sea el Dios y Padre de nuestra Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero. En lo cual vosotros os alegráis,. aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas…” (1 Pedro 1:3–6). El Cristiano es “sellado con el Espíritu Santo de la promesa” (Efesios 1:13). Es poseedor de una promesa segura y estable (Hebreos 10:19).

Los promotores de las sectas no hacen tal promesa. Como están interesados en generar una obligación continua en contraste con una libertad espiritual, mantienen a sus seguidores en la desesperanzada servidumbre de una relación con Dios de continua inseguridad. Para el miembro de una secta siempre hay algo más que hacer, más que pagar, y su esperanza de bendición en forma de vida eterna es una quimera que no puede nunca ser alcanzada con seguridad en esta vida. Una esperanza incierta no es una esperanza para nada. El creyente Cristiano puede expresar su fe en las mismas palabras de seguridad usadas por el Apóstol Pablo, “Yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día” (2 Timoteo 1:12).

En la Biblia se ofrece el descanso en Jesucristo en contraste con la relación desesperanzada con un dios fácilmente ofendido con el cual no se termina nunca de solucionar el problema de la salvación.

5. EL LIDERAZGO CON PRETENSIONES MESIÁNICAS

Con la expresión “Mesianismo” queremos significar que un ser humano contemporáneo ha sido designado por Dios para ser alguna clase especial de santo o gurú, un mesías que represente la autoridad divina que no puede ser violada.

El mensaje Cristiano es que Jesucristo es el autor y consumador de nuestra fe (Hebreos 12:2). Sólo Él es nuestro Sumo Sacerdote ( Hebreos 4:14). Sólo Él es nuestro mediador (1 Timoteo 2:5). La Iglesia es el cuerpo de Cristo, del cual Él es la cabeza (Efesios 1:22–23). El Cristiano sabe que solamente Jesucristo merece tener discípulos. Los seguidores de Cristo se relacionan unos con otros como miembros del cuerpo. Deben servirse unos a otros (Gálatas 5:13). Deben someterse unos a otros (Efesios 5:21). Las Escrituras claramente enseñan que cuando algunos es declaran seguidores irreflexivos de un líder humano, es porque han actuado carnalmente: “… porque sois aún carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales y andáis como hombres? Porque diciendo el uno: ‘Yo ciertamente soy de Pablo’; y el otro: ‘Yo soy de Apolos’; ¿no sois carnales?” (1 Corintios 3:31).

El gran Apóstol Pablo escribiendo a Timoteo, dijo: “Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo.(1 Timoteo 2:7).

Una de las marcas de una secta es que eleva a la persona y lea palabras de un líder humano a un nivel mesiánico. La característica previsible de un miembro de una secta es que pronto estará citando a su líder, ya sea el padre Divino, el Profeta Janos, Mary Baker Eddy, el juez Rutherford, Heriberto Armstrong, Buda, etc. como una autoridad final. Un líder humano con presunción de ser dicha autoridad usa las capacidades de su inteligencia o de su personalidad para imponer su voluntad y dirigir a los ignorantes.

Hoy el éxito de este enfoque es generalmente previsíble, pues pocos son lo suficientemente responsables en lo intelectual como para pensar por sí mismos. Su pereza mental les ha llevado a buscar un líder que puede darles todas las respuestas y que personalice u objetivice sus necesidades religiosas, alguien que les hable con autoridad, y con propósito.

Muchos convertidos a una religión tienen una admiración desmesurada para la persona que las introdujo a la electrificante experiencia del descubrimiento de esa fe. Pocos líderes tienen la integridad suficiente como para resistir a la tentación de explotar la promoción personal, y es así que los líderes de las sectas mantienen su imagen exaltada en las mentes de sus devotos seguidores.

Es muy posible que muchos líderes de sectas hayan comenzado como personas sinceras y humildes pero pronto comenzaron a creer su propia propaganda. Imprimen su nombre sobre toda actividad, y se hacen indispensables a sus seguidores. Muy frecuentemente aparentan ser humildes mientras que en realidad están gastando millones para que los ojos nada imparciales de sus seguidores sigan viendo su nombre escrito en la marquesina.

El Cristiano no comete tal error, porque tiene bien en cuenta que todos han “pecado, y están destituidos de la gloria de Dios”. Él sabe que desde el más pequeño hasta el más grande, si no fuera por la gracia de Jesucristo, cada Cristiano estaría corrompido y perdido. Recuerda que nuestro más grande líder humano, el Apóstol Pablo, dijo: “... por la gracia de Dios soy lo que soy” (1 Corintios 15:10). Fuera de Jesucristo el Cristiano no tiene un líder humano absoluto. Cristo mismo advirtió en cuanto a esto: “Mirad que no seáis engañados; porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: ‘Yo soy el Cristo,’ y ‘El tiempo está muy cerca,’ mas no vayáis en pos de ellos” (Lucas 21:6). Todo creyente, desde el menor hasta el mayor, se siente humillado por la pregunta “¿qué tienes que no hayas recibido?” (1 Corintios 4:7).

6. AMBIGÜEDAD DOCTRINAL

Las sectas se caracterizan por tener un sistema de doctrina sin definiciones, que frecuentemente cambia con cada nuevo viento que sopla.

El Cristianismo verdadero se caracteriza por ser transparente y claro en sus convicciones. Jesús dijo: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12). El Cristiano que estudia la Palabra de Dios llega a ser espiritualmente maduro, un defensor de la fe que puede aún enseñar a otros. Las claras doctrinas de las Sagradas Escrituras pueden ser comprendidas hasta el punto de que se pueden impartir con seguridad al siguiente círculo de oidores inteligentes. “Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros” (2 Timoteo 2:21).

Pero la Palabra de Dios nos advierte claramente que “vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas” (2 Timoteo 4:3–4).

Las fábulas, tal como lo predicen las Escrituras, son una de las marcas de una secta. Uno puede oír un sin fin de representantes de las sectas en la radio y la televisión, y nunca llegar a estar seguro de qué están hablando. Plantean preguntas que luego no contestan. Una de las experiencias más frustrantes mentalmente es tratar de decidir exactamente qué quiso decir un orador religioso en su discurso. La respuesta no se puede hallar ni aún leyendo cientos de páginas de su literatura. Esta literatura se ofrece a los oyentes, por supuesto, porque la regla del juego es establecer un listado de correspondencia.

Todo esto forma parte de un plan, porque su propósito no es esclarecer, sino confundir. Confundidos ellos mismos, sólo atinan a arrojar polvo al aire para que se nublen los ojos ajenos. Es casi imposible comprender lo que cree un Testigo de Jehová en cuanto a Dios, la inspiración de la Biblia, la eternidad y muchos otros temas. El intento de Armstrong de definir la naturaleza de la Deidad es un tratado sobre la confusión. Uno llega al fin a la conclusión de que aún nosotros llegaremos a formar parte de Dios, lo cual es una herejía de primera clase.

A modo de contraste, el líder Cristiano es uno que predica la Palabra,  sabiendo que “si la trompeta diere sonido incierto, ¿quién se preparará para la batalla?” (1 Corintios 11:13).

7. CENSURA DE OTROS GRUPOS

Cuando una persona se auto proclama Mesías, es natural que piense que todos los demás son falsos, y deben ser desechados. Algunas de las imprecaciones mas acerbas que algunos líderes de sectas han puesto en palabras impresas son las mordaces calumnias derramadas sobre todo aquel que no acepta sus ideas ni se une a su organización. Uno sospecha a veces que entes líderes están infectados de un horrible complejo de inferioridad, que los impulsa neuróticamente. Por lo general se rehúsan a comparecer en un debate público para contestar preguntas sobre la naturaleza de su fe, si es que en el debate hay Cristianos capaces. Como resultado de este complejo de persecución, denuncian a todos los que opinan de manera diferente a la de ellos, llamándolos Satánicos y corrompidos. El contraste con el Cristianismo verdadero es notable. La Biblia enseña que hay un Salvador, Jesucristo, y un camino de salvación, la fe en Su obra terminada en la cruz. Sin embargo, dentro de ese maravilloso círculo de la fe una vez dada a los santos, las Escrituras permiten una gran diversidad de puntos de vista, porque cada Cristiano individual es un creyente/sacerdote y está relacionado con Dios personalmente.

El Apóstol Pablo, escribiendo a los Filipenses sobre el tema de la unidad Cristiana, dijo: “Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cena sentís, esto también os la revelará Dios” (Filipenses 3:15). Al escribir a Timoteo, sugirió que sus dones fuesen considerados a la luz final del entendimiento divino. Pablo tuvo una contienda muy fuerte con Juan Marcos en uno de sus viajes misioneros, pero ese mismo Juan Marcos fue utilizado por el Espíritu Santo para escribir el evangelio de Marcos mucho más tarde. Pedro declaró que algunas de los escritos da Pablo eran “dificiles de comprender” (2 Pedro 316), pero lo reconoció como un amado hermano que estaba escribiendo conforme a la sabiduría que Dios le había dado.

Cristo oró por aquellos que le estaban crucificando, diciendo “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:24). Pablo reconocía que algunos le rechazaban, pero oró que no se les imputara a su cuenta. “En mi primera defensa ninguna estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon: no les sea tomado en cuenta” (2 Timoteo 4:16).

Los verdaderos Cristianos tienen prohibido juzgarse unos a otros (Romanos 14:10–13), y se les da la libertad de estar persuadidos en su propia mente en cuanto a cómo vivir para el Señor (Romanos 14:5). Y aún se les dice que no juzguen nada antes de su tiempo (1 Corintios 4:5).

La actitud de las sectas es un contraste temible. Heriberto Armstrong dice, “Si, esta obra es la obra de la verdadera iglesia de Dios. ¡Todas las demás son falsificaciones Satánicas!”

8. AFIRMACIÓN DE QUE HAN HECHO "DESCUBRIMIENTOS ESPECIALES"

Seria imposible tener una secta sin la existencia de información misteriosa, esotérica, que no se puede conseguir en ningún otro lado. De una forma u otra, cada una trafica con esta clase de información.

La característica fundamental de la Fe de Cristo es el Cristianismo histórico. Hablando de todos los eventos que se centraron en la vida, obra, muerte y resurrección de Cristo, las Escrituras nos dicen, “... no se ha hecho esto en algún rincón” (Hechos 26:26). Lucas declara que Cristo es mostró vivo después de su muerte “con muchas prueban indubitables” (Hechos 1:3). Hubo cientos, y en algunos casos miles de testigos de los hechos abiertos y públicos del evangelio. La Biblia se compromete dando literalmente miles de fechas, lugares, personas, ciudades, lagos, arroyos, montañas y eventos históricos. Con frecuencia, a aquellos a quienes se les predicaba el evangelio se les recordaba que ellos sabían que estas cosas eran verdaderas (Hechos 26:25–26). A los testigos de las verdades del evangelio se los declaraba vivos y responsables de testificar de Cristo (1 Corintios 15:6). Nada es más obvio en las Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento que el hecho de la revelación pública y la obra de Dios en presencia de pruebas y de testigos competentes. La verdad del Cristianismo no depende de algún conocimiento privado ni de relaciones secretas, no verificables, de parte de un individuo.

El contraste con las sectas es evidente. La base casi universal de las sectas es la pretensión de algún individuo de haber recibido una revelación especial. Estas personas proclaman que algún evento religioso privado tiene autoridad divina. Han visto una visión de una mujer sobre una montaña, han oído una voz en una torre de oración, un ángel ha venido a ellos con tablas de oro y lentes poderosos. Estas absurdas historias no tienen sentido y se les pide a las personas susceptibles que las acepten como base de la veracidad de la secta. ¿Por qué no que podemos dudar y rechazar tales fábulas? La respuesta es que no se conforman a las reglas Bíblicas de evidencia. Pueden haber sido alucinaciones, mentiras completas, o aún los resultados de una indigestión.

 “…vosotros oísteis que viene y que ya está en el mundo” (1 Juan 4:3).

La doctrina central del Cristianismo, entonces, es la Cristología, la doctrina de la naturaleza de la persona de Cristo Jesús.  Ella afirma  que nuestro bendito Salvador es verdadero Dios y verdadero hombre, y que sus dos naturalezas (su humanidad y su deidad) están unidas en una sola personalidad en base a la unión hipostática. Una característica de la fe Bíblica es que tiene un punto de vista correcto de la naturaleza de la persona de Cristo.

Hoy en día hay algunos que tienen la osadía de llamarse Cristianos y sin embargo rechazan la verdadera deidad de Cristo. La secta del liberalismo moderno se puede juzgar como una herejía en base a su negación de la verdadera deidad del bendito Hijo de Dios. El liberalismo no es Cristianismo; es un punto de vista herético, pues es deficiente en su entendimiento de la deidad de Cristo.

Hay religiones que niegan la verdadera humanidad del Salvador. La Ciencia Cristiana, por ejemplo, niega la existencia de lo físico alegando que la sustancia esencial del universo es la mente. “Todo es mente” es el índice del Mary Baker Eddyismo. Si no existe lo físico, entonces la deidad no se hizo humanidad en la persona de Cristo. Ésta es la doctrina del anticristo, según las Escrituras.

El Cristiano pensante analizará cuidadosamente la doctrina de cualquier secta, prestando especial atención a la Cristología de ese mensaje religioso alternativo. El mensaje que en efecto declara que Cristo es un autómata del Padre y no una persona, es una secta. El mensaje que niego el nacimiento virginal de Cristo, manteniendo que fue meramente el hijo natural de José y María, es una secta. Un examen de la base doctrinal de cualquier religión a la luz de sus tendencias sobre la persona y obra de Jesucristo puede ser muy reveladora.

La pregunta, “¿Qué piensas tú de Cristo?” sólo la puede contestar correctamente un Cristiano verdadero. El Cristiano responde con gozo: “Jesucristo es el Hijo Unigénito del Dios Viviente, el único Salvador del mundo, el autor y consumador de nuestra fe quien, mediante su muerte en la cruz, provee redención para todo aquel que cree en Él. Él es quien murió por nuestros pecados, resucitó al tercer día, vive para interceder por nosotros frente al Padre, y volverá algún día en su gloriosa venida para juzgar a las vivos y los muertos cuando venga para reinar. Él es Señor y Dios, y sólo en Él tenemos vida y vida en abundancia”.

9. ATENCIÓN INDEBIDA A PORCIONES AISLADAS DE LA BIBLIA

Ésta es la práctica peligrosísima de prestarle atención a un versículo o pasaje de la Biblia a expensas de otros. La Biblia declara de sí misma que “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda bueno obra.” (2 Timoteo 3.16–17). Por lo tanto, es de gran importancia que la doctrina que orienta la fe y la vida del Cristiano provenga de “Toda la Escritura”. El Cristiano sostiene que la Biblia, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento, fue dada por inspiración del Espíritu Santo y es vital considerarla en su totalidad si es que ha de entender de la fe Cristiana. Recuerda también que la revelación es progresiva y que presenta la verdad en forma acumulativa, yendo desde los conceptos básicos del teísmo del Antiguo Testamento hasta la revelación final de Sí Mismo en la persona de Jesucristo. Cristo manifestó la vida y la inmortalidad mediante el Evangelio (1 Timoteo. 1:13), su doctrina ya fue explicada en los escritos apostólicos y las cartas explicativas del Nuevo Testamento. Por lo  tanto, la interpretación correcta de la Biblia debe estar basada en el texto y el contexto. El intérprete Bíblico debe preguntarse: “¿Qué significa este versículo?”, “¿Cuál es la escena en la cual nos habla?”, y “¿Cómo se relaciona con la Biblia entera?”

Es un peligro interpretar un versículo aislado de la Biblia sin referirse a todo el contexto. Un grupo niega la inmortalidad del alma basándose en una afirmación en cuanto a la muerte en Eclesiastés 9:5. Ignoran el hecho que la luz final sobre el tema fue derramada por Jesucristo. Pablo explica que estamos “ausentes del cuerpo, y presentes con el Señor” (Corintios 5:6). El Camino, una franja del movimiento de Jesgs (una secta americana de la década del 60, Nota del Traductor), niega la existencia de una trinidad por causa de un énfasis extremado en la personalidad de Jesgs. Es una tentación grave para cualquier grupo encontrar un versículo en la Biblia sobre la santidad, la ley, la gracia, las obras, la fe o cualquier otra tema y usarlo como sustituto de “todo el consejo de Dios”. Aún Cristianos consagrados han caído frecuentemente en la trampa de interpretar la Biblia en base a un pequeño detalle, creando en sus sistemas de doctrina una influencia que caracteriza a las sectas, y no a un grupo Cristiano.

10. ESTRUCTURAS ORGANIZACIONALES COMPLICADAS Y ABSORBENTES

La secta demanda un compromiso total de parte de sus convertidos a estar involucrados en la organización en tal forma que estén atados a una serie de reglas humanas. Se anulan otras cualidades de los líderes de una secta, la cualidad primordial es que son súper organizadores. Es imposible que una secta tenga éxito sin asegurar sus logros y enrolar a sus seguidores en obligaciones de creciente demanda con respecto al líder y la organización. La secta se presenta generalmente al devoto vulnerable como sinónimo del reino mismo, y exige una devoción hasta irracional a su causa. (Aquí se pierde un poco el sentido si no se comprende que a través del artículo he traducido la palabra “cult” como “secta”, puesto que la palabra “culto” conlleva otro significado, a mi parecer. Nota del Traductor). La secta espera llevar a sus incautos seguidores el punto donde casi no piensan en cosa alguna excepto en su relación con el movimiento y su líder humano. El miembro de una secta es generalmente mucho más esclavo de sus ataduras religiosas del presente de lo que jamás había sido a las varias formas de pecado que caracterizaban su antigua manera de vivir. Ésta es precisamente la acusación que hizo Cristo a los Fariseos cuando dijo: “...cargáis a los hombres con cargas que no pueden llevar” (Lucas 11:46).  “Les prometen libertad, y son ellos mismos, esclavos de corrupción. Porque el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo venció” (2 Pedro 2:19).

Los Niños de Dios demandan de sus jóvenes seguidores que roben a sus padres antes de desaparecer en la red de esa secta. Después de su iniciación, el nuevo adepto es sometido a sesiones de entrenamiento hasta que finalmente está aterrorizado ante la perspectiva de salir de esta sospechosa maraña. El Cristiano ha sido liberado de todas estas necedades. El sabe que la palabra “lealtad” sólo se puede aplicar en un sentido absoluto cuando se aplica a Jesucristo mismo. La devoción que los Cristianos ejercen unos con otros es la respuesta de amor al Espíritu Santo que mora dentro de ellos y no una obediencia a una esclavizante organización externa. Es una consabida verdad que cuanto menos contenido de verdad tiene un movimiento, más altamente debe organizarse. La verdad tiene su propio magnetismo que produce lealtad. Su ausencia hace necesaria la aplicación de las ligaduras del temor. El líder de una secta podrá presentar sus mercancías con el título “Ven a Jesús”, pero su verdadera himno lema es “Tú me perteneces”. El Cristiano haría bien de tomar en serio la advertencia del Apóstol Pablo: “Estad, pues, firmes, en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos el yugo de esclavitud” (Gálatas 5:1).

11. SUMISIÓN ECONÓMICA

Éste es el llamado a pagar, pagar y seguir pagando. La enseñanza del Nuevo Testamento es que la salvación de Dios nos viene como un regalo absolutamente gratuito. Dios es vida eterna, y somos “justificados gratuitamente por su gracia” (Romanos 3:24). La palabra “gratuitamente” significa “sin costo”. La gracia de Jesucristo es la doctrina que se extiende a todo, particularmente a la recepción de la salvación y a nuestro continuo andar con Dios. Por la gracia de Jesucristo, cada uno de nosotros hemos llegado a ser ricos: “Porque ya conocéis la gracia de nuestra Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos” (2 Corintios 8:9). Cada Cristiano queda advertido en las Escrituras que “raíz de todos los males es el amor al dinero” (1 Timoteo 6:10). Se le advierte que será acosado por falsos maestros, que “toman la piedad como fuente de ganancia” (1 Timoteo 6:5). El Apóstol Pedro, en el libro de los Hechos, repudió fuertemente a un individuo llamado Simón, quien intentó comprar el don de Dios con dinero (Hechos 8:18–23). En contraste, el líder de una secta de hoy da a entender que con el dinero que se da a la causa, el seguidor receptivo puede comprar numerosos dones, poderes y habilidades. Por cien dólares, puede ser sanado. Por mil dólares, puede ser librado de un accidente automovilístico. Al seguidor de una secta frecuentemente se le promete que puede escapar de los muchos purgatorios de este mundo y del futuro invirtiendo dinero. En la mayoría de las sectas el diezmo es sólo el principio. Luego comienza la presión verdadera. Al mismo tiempo que se le aplica presión se lo incita al seguidor a despojarse de todos sus recursos y su potencial económico.

Son numerosos los casos de esposas. e hijos que han caído en la miseria debido a las contribuciones hechas por el padre a alguna secta. Orgulloso con su nuevo líder espiritual, el jefe de la casa se olvida de la enseñanza clara de las Escrituras, “si alguno no provee para los suyos, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo” (1 Timoteo 5:8).

La consecuencia es los lideres religiosos sin conciencia han edificado para si mansiones enormes, espaciosas haciendas, y han logrado grandes ganancias en el mundo comercial. Algunos llegan a citar a manera de excusa, “...no quitará el bien a los que andan en integridad” (Salmo 84:11). ¿Qué es esto sino torcer las Escrituras para su propia perdición?

UNA ADVERTENCIA FINAL

Ojalá todo aquel que habla en el nombre de Cristo o de Dios fuese un ministro fiel. No obstante, las Escrituras nos dicen claramente que la realidad es otra. A los Cristianos se nos advierte repetidamente que siempre debemos estar alerta porque el enemigo de nuestra alma viene disfrazado como ángel de luz. Estos son días en los que debemos nuevamente tomar nota de la advertencia de las Escrituras: “Porque hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entro vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aún negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme” (2 Pedro 2:1–3).

Recomendemos el lector un cuidadoso estudio de 2 Pedro 2. En ente pasaje se pueden ver muchos indicios adicionales en cuanto a las sectas y los falsos maestros. En la Palabra de Dios se describe al falso maestro como inestable, inclinado a la sexual, codicioso, herético, esclavo de la corrupción, y condenado para siempre. Dios ya ha juzgado a estos siniestros mesías, y para ellos están reservadas las “tinieblas de la oscuridad para siempre.”

El Cristiano verdadero se entregará a un estudio cuidadoso de la Palabra de Dios a fin de crecer y desarrollarse espiritualmente. La alternativa muy probable es ser llevado a la deriva por las perniciosas doctrinas de las sectas.

UNA PREGUNTA FINAL

Queda aun por formular una pregunta final. ¿Has pasado de muerte a vida recibiendo a Cristo como tu Salvador? Si no conoces a Cristo, o no estás seguro de tu relación con Él, puedes llegar a ser un Cristiano hoy. Si tú, mediante un acto de fe, aceptas Su obra terminada en la cruz del Calvario como la única base de tu salvación, reconociendo que eres pecador y que no puedas salvarte a ti mismo, recibirás al momento el regalo de la justicia imputada. Este regalo hace posible que Dios traiga a tu corazón, también en ese momento, a su Espíritu Santo para que more en ti, y mediante el Espíritu Santo nacerás de nuevo y recibirás la vida eterna. El evangelio es el maravilloso mensaje de que “Cristo murió por nuestros pecados conforme a las Escrituras, y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras” (1 Corintios 15:3). Ningún otro fundamento servirá como base para la vida eterna, pues todo otro fundamento es arena movediza. Cree en el Señor Jesucristo hoy y recibirás el perdón de los pecados y el don de la vida eterna.
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