Retengan lo que es bueno 1 Tes. 5.21

24/4/20

La muerte y resurreción.

La muerte es la separación del alma del cuerpo y la introducción del hombre al mundo invisible. Se la describe de sueño (Jn._11:11; Dt._31:16), la disolución de la casa terrenal de este tabernáculo (2Co_5:1), el dejar este tabernáculo (2Pe_1:14) el pedir el alma de parte de Dios, (Lc 12:20) ir por el camino por el cual no se vuelve (Job 1 6:22) el reunirse con sus padres, (Gn._49:33) descender al silencio, (Sal 115:17) expirar, (Hch._5:10), tornar al polvo, (Gn._3:19), ser cortado, (Job  14:2), y una partida. (Fil.1:23).

La muerte es el primer efecto o manifestación visible del pecado, y será el último efecto del pecado del cual seremos salvados. Rm._5:12; 1Co_15:26. El Salvador quitó la muerte y trajo vida e inmortalidad ("incorrupción") a la luz por el evangelio. 2Ti_1:10. El vocablo "quitar" significa anular, o hacer negativo. Se anula la muerte como sentencia condenatoria, y se ofrece la vida a todos. Mientras tanto, aunque la muerte continúa, se convierte en puerta de acceso a la vida en el caso de aquéllos que aceptan a Cristo.

¿De qué manera está relacionada la muerte con la doctrina de la inmortalidad? Hay dos vocablos, "inmortalidad" e "incorrupción," que se emplean con referencia a la resurrección del cuerpo. 1Co_15:53-54. Inmortalidad significa no estar sujeto a la muerte, y en las Sagradas Escrituras se aplica al cuerpo y no al alma. (aunque se insinúa la inmortalidad del alma). Hasta los cristianos son mortales, puesto que sus cuerpos están sujetos a la muerte. Después de la resurrección y el arrebatamiento, obtendrán la inmortalidad; es decir, tendrán cuerpos glorificados no sujetos a la muerte.
Los malvados también resucitarán. ¿Significa empero que tienen inmortalidad? No, puesto que su condición toda es de muerte, separación de Dios. Tienen existencia, pero no la comunión con Dios y la glorificación del cuerpo constituyen verdadera inmortalidad. Existen conscientemente en una condición de sujeción a la muerte. La suya no es "resurrección de
vida," sino "resurrección de muerte." Jn.5:29.

Si la "inmortalidad" en las Sagradas Escrituras se aplica al cuerpo, ¿de qué manera se justifica que hablemos de la inmortalidad del alma? Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, la muerte es la separación del cuerpo del alma. El cuerpo muere y va al polvo, el alma o el espíritu continúan existiendo conscientemente en el mundo invisible de
los espíritus. De manera que el hombre es mortal, puesto que su cuerpo está sujeto a la muerte, no obstante lo cual su alma es inmortal, sobreviviendo a la muerte del cuerpo.
¿Qué diferencia existe entre la inmortalidad y la vida eterna? La inmortalidad es futura (Rm._2:7; 1Co_15:53-54) y se refiere a la glorificación de nuestros cuerpos mortales en la resurrección. La vida eterna concierne principalmente al espíritu del hombre, es una posesión presente, y no es afectada por la muerte del cuerpo.
La vida eterna alcanzará su perfección a la venida de Cristo, y será vivida en un cuerpo glorificado, inmortal.
Todos los creyentes, tanto los que viven como los muertos, tienen ya vida eterna, pero no tendrán inmortalidad hasta la resurrección.

EL ESTADO INTERMEDIO.
Por estado intermedio nos referimos al estado de los muertos durante el período comprendido entre la muerte y la resurrección.

PUNTO DE VISTA.
Debe notarse cuidadosamente que los justos no reciben su recompensa final, ni los malvados su castigo final, hasta después de sus resurrecciones respectivas. Ambas clases están en un estado intermedio, esperando ese acontecimiento. Los creyentes que han muerto parten para estar con el Señor, empero no reciben su recompensa final todavía.

El estado intermedio de los justos es uno de descanso (Ap._14:13), espera (Ap._6:10-11), Hch.ividad (Ap._7:15), y santidad. Ap._7:14. Los malvados también pasan a un estado intermedio, donde esperan el castigo final, que se produce después del juicio ante el Gran Trono Blanco, cuando la muerte y el infierno (Hades) son arrojados al lago de fuego.
Ap._20:14.

LA RESURRECCIÓN

1.La importancia de la resurrección.
Los corintios, a semejanza de otros griegos, eran personas de mentalidad aguda, inquieta, aficionados a la filosofía y a la especulación. El que algunos de los miembros de la iglesia de Corinto participaban de ese espíritu se comprobará por la lectura de los dos primeros capítulos de la epístola, donde Pablo declara la inmensurable superioridad de la apelación divina sobre la especulación humana. Con clara percepción entabló la posibilidad de que bajo la influencia del espíritu griego, el evangelio se disipara convirtiéndose en un sistema de filosofía y ética, hermoso pero impotente. En realidad, esa tendencia era ya aparente. Algunos de los miembros de la iglesia eran influenciados por una antigua idea griega relativa a la inmortalidad, según la cual a la muerte, el cuerpo parecía para siempre, mientras que el alma continuaba viviendo. En realidad, y según esta doctrina, era bueno que el cuerpo pereciera, puesto era una traba y obstáculo para el alma. Se enseñaba en la asamblea de Corinto que mientras que el alma o espíritu vivía después de la muerte, el cuerpo desaparecía para siempre y no experimentaba resurrección alguna. Se enseñaba asimismo que la única resurrección era la espiritual del alma, de su muerte en transgresiones y pecados. Lea Ef. 2:1; compare 2 Ti 2:17-18. El Apóstol lanza un reto a dicha doctrina, o pone en tela de juicio la veracidad de ella. "Y si Cristo es predicado que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos?" 1 Co 15:12. Considerando este error como comienzo, Pablo expone la verdadera doctrina y nos proporciona el gran capítulo de resurrección de la Biblia, (1 Corintios 15).

Como base o fundamento de este argumento, Pablo toma la doctrina bíblica respecto del hombre, la cual en contradicción con la doctrina pagana, declara que el cuerpo es santificable (1 Co_6:13-20), redimible, y está incluido en la salvación del hombre. En el principio, Dios creó al hombre espíritu y cuerpo, y cuando el cuerpo y el espíritu se juntaron para formar una unidad viva, el hombre se convirtió en "alma viviente." El hombre fue creado inmortal en el sentido de que no necesitaba morir, empero mortal en el sentido de que podía morir si desobedecía a Dios. Si el hombre hubiera continuado fiel, hubiera desarrollado hasta el máximo su capacidad sobre la tierra, y luego podría haber sido trasladado, puesto que la traslación parece ser la manera perfecta de Dios de lLv.ar seres humanos de la tierra. Empero el hombre pecó, perdió el derecho al árbol de la vida y como resultado de ello comenzó a morir, culminando el proceso en la separación del cuerpo y del alma. Y la muerte física era expresión exterior de esa muerte espiritual que es la consecuencia del pecado.

Puesto que el hombre es cuerpo y alma, la redención debe de abarcar el avivamiento del alma y del cuerpo; de ahí la necesidad de la resurrección. Y mientras que el hombre pueda saldar sus cuentas con Dios y vivir espiritualmente (Ef._2:1) sin embargo su cuerpo muere como resultado de su herencia racial de Adán. Empero puesto que el cuerpo es parte inherente de su personalidad, su salvación e inmortalidad no son completas hasta que el cuerpo no sea resucitado y glorificado. Tal es la enseñanza del Nuevo Testamento. Lea Rm._13:11; 1Co_15:53-54; Fil._3:20-21.

El alegato de Pablo en 1Co_15:13-19 es como sigue: El enseñar que no hay resurrección del cuerpo, constituye descargar un golpe contra la realidad de la salvación y la esperanza de la inmortalidad. Desarrolla su alegato de la siguiente manera: Si no hay resurrección del cuerpo, luego Cristo, que tomó sobre sí el cuerpo humano, no resucitó de los muertos. Y si Cristo no resucitó de los muertos, luego la predicación es conversación vacía; pero aún, es falsa y engañosa. Y si la predicación es vana, también lo es la fe y la esperanza de los que la aceptan. Si Cristo no resucitó en realidad de los muertos, luego no hay salvación por el pecado; puesto que ¡cómo sabremos que su muerte era expiatoria - es decir, diferente de una muerte ordinaria - a menos que resucitara de la tumba? ¿Y si el cuerpo del Maestro no resucitó, qué esperanza les queda a aquéllos que confían en él? Y si esto es verdad, luego el sacrificio, la abnegación, y los sufrimientos  por amor de Cristo han sido en vano. Versículos 19, 30-32.






2. La naturaleza de la resurrección.

Es suficientemente fácil expresar la verdad o realidad de la resurrección, pero cuando intentamos explicar cómo se produce nos encontramos con dificultades, puesto que tratamos con leyes misteriosas y sobrenaturales fuera de la comprensión de nuestras mentes. Sabemos, sin embargo, que la resurrección del cuerpo se caracteriza por lo siguiente:

a.Relación. Tendrá cierta relación con el antiguo cuerpo, lo cual el Apóstol Pablo ilustra mediante el grano de trigo.
1Co_15:36-37. Este grano es arrojado al suelo, muere, y el Hch.o de desintegración fertiliza el germen vivo que está dentro de él, de manera que se convierte en una nueva y hermosa planta verde. "Sólo mediante la desintegración de las partículas materiales de la semilla comienza la operación del germen de vida (que ningún microscopio puede descubrir)."
¿Qué es lo que vivifica al cuerpo humano, haciéndole cAp.az de convertirse en el glorioso cuerpo de la resurrección? ¡El Espíritu Santo! Lea 1Co_6:19. Hablando de la resurrección, Pablo expresa las palabras que se encuentran en 2Co_5:5 que un exegeta del griego ha traducido como sigue: "Dios me ha preparado para este cambio, al darme el Espíritu en calidad de pRm.esa y anticipo."

b.Realidad. Hay ciertas personas que no tienen deseo alguno de ir al cielo porque se han formado la idea de que esa vida será insustancial, vaga. Por el contrario, la vida venidera será tan real como la presente, y más aún. Los cuerpos glorificados serán reales y tangibles, y nos conoceremos los unos a los otros, conversaremos los unos con los otros, y
realizaremos libremente Hch.ividades celestiales. El Señor Jesús, en su cuerpo glorificado, fue una realidad indiscutible para sus discípulos. Aunque glorificado, era el mismo Jesús.
c.Incorrupción. "Resucitado es incorrupción y poder," el cuerpo de resurrección estará libre de enfermedad, dolor, debilidad y muerte. Ap.21:4.

d.Gloria. Nuestro viejo cuerpo es perecedero, sujeto a corrupción y cansancio, puesto que se trata del cuerpo "natural," Ap.to sólo para una existencia imperfecta en un mundo imperfecto. Empero el cuerpo de resurrección estará adaptado a una vida gloriosa, inmortal, en los cielos. Cuando Pedro el Grande de Rusia trabajó como mecánico en Holanda, a fin de aprender el arte de construir buques, vestía el humilde traje de mecánico, pero al retornar a su palacio,
volvió a vestir el esplendoroso manto de la realeza. El espíritu del hombre, que originalmente recibió el soplo o hálito divino, vive ahora una existencia humilde en un cuerpo perecedero (Fil._3:21), pero en el cuerpo de resurrección el espíritu estará vestido de un cuerpo glorioso, Ap.to para ver a Dios cara a cara.

e.Velocidad. Atravesará el espacio con la velocidad del relámpago, debido a la tremenda energía que lo impulsa.

f.Penetración. Es decir, el poder o la fuerza para penetrar en substancias sólidas. Al caminar por la tierra con los cuerpos glorificados, no seremos detenidos por cosas tan insignificantes como una pared o montaña, sino que pasaremos a través de ellas. Lea Jn.20:26.

Hay muchas cosas que no sabemos y no podemos saber aún, con respecto a la vida futura: "Muy amados, ahora somos hijos. de Dios, y aun no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él Apareciere, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es." 1Jn._3:1-2.

Fuente: Pearlman, Myer (1958) TEOLOGIA BIBLICA Y SISTEMATICA, (ed. 1990) Deerfield, Florida, Editorial Vida

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