Un cada vez mayor énfasis bélico se ha apoderado de nuestra forma de hablar, de cantar y de predicar en la cristiandad. Todo gira en torno a "vencer", "arrebatar", "conquistar", destruir fortalezas", etc.
Al parecer el escritor de Efesios si reconoce una realidad espiritual que se opone a los hijos de luz; uno esperaría algún tipo de súper mega oración al final de la enseñanza, sin embargo, nos encontramos con un pedido de oración muy particular...
¿Que los demonios sean vencidos? ¿Que los poderes de maldad retrocedan? ¿Que Satanás sea atado? ... simplemente pide que oren por él para que pueda hablar con valentía!!
Tal parece que la mayor guerra espiritual está dentro nuestro, contra nuestra mente, contra nuestros miedos, contra nuestra falta de fe... nuestro peor enemigo duerme, camina y va a la iglesia con nosotros.
“engañoso es el corazón más que todas las cosas, ¿Quién lo conocerá?" (Jeremías 17:9)