Por Héctor
Leites
Introducción
Este
estudio nos ayudará a abrir los ojos y observar lo que dice la
Biblia con respecto a la sujeción a las autoridades y entonces jamás
ser las víctimas del abuso de poder y tampoco ser los victimarios.
Se
Ha podido observar vez tras vez que hay abuso espiritual, cuando se
emplea la espiritualidad para hacer que otras personas vivan según
cierta “norma espiritual” conforme a los parámetros de los
abusadores.
Cualquiera
sea el abuso espiritual o de autoridad, los resultados suelen ser los
mismos: La persona queda con el peso de la culpa del juicio o la
condena, y aun la vergüenza y queda confusa respecto a la posición
como cristiano.
Cuando
un pastor le dice a su congregación que aquellos que dejan su
iglesia o le desobedecen su autoridad están en peligro de la furia
de Dios, usted puede estar seguro que en este hombre está operando
un espíritu de control. El está intentando sembrar temor como medio
carnal de mantener a las personas dentro de su iglesia. ¡Cuidado!
comienza a verse algunas señales.
Definición
de Abuso de autoridad = Extralimitación de funciones por parte de
las autoridades o funcionarios públicos en el desempeño de un
determinado cargo u oficio. (R.A.E.)
El
abuso espiritual consiste, en maltratar a una persona que necesita
ayuda, apoyo o mayor crecimiento espiritual, lo cual debilita,
sabotea o disminuye el desarrollo espiritual de esa persona, para
poder manipular los sentimientos. (David Johnson)
I.
El Síndrome de “Diotrefismo”.
Vemos un ejemplo bíblico de esto en 3ra.
Juan 9-10. Elitismo
espiritual no es algo nuevo en la iglesia, pero el apóstol Pablo le
llama correctamente “malvado”.
El
abuso espiritual mayormente ocurre cuando un líder usa su posición
espiritual para controlar o dominar a los demás (a sabiendas o no);
cuando las opiniones de los demás son ignoradas o pasadas por alto,
atropellando así los sentimientos de otras personas. Algunos líderes
religiosos, inseguros de sí mismos, abusan del poder que tienen para
reforzar su posición. El uso del poder en esta manera es lo que
llamamos abuso espiritual, ya que no se considera el bienestar de
vida, emociones y sentimientos de los demás en la congregación.
Lamentablemente
esto ocurre con mucha frecuencia en el pueblo de Dios. Una vez más,
no todo el tiempo es intencional, pero sucede.
Otra
forma en que se manifiesta el abuso espiritual es cuando se emplea la
espiritualidad para obligar a las personas a que vivan según cierto
“criterio” o “norma” espiritual, que muchas veces muy poco o
nada tiene que ver con la vida espiritual de la persona. Por ejemplo:
“Si quieres estar bien con Dios tienes que hacer esto o aquello…”
Cuando
estos líderes encuentran cierta resistencia a sus demandas,
comienzan a emplear este tipo de espiritualidad, y lo que realmente
están haciendo es atropellar a los demás con sus actitudes y
palabras.
II.
El Hedonismo, el placebo, la droga del placer.
Observemos el pasaje de Jeremías
5:26; 30-31. Notemos
claramente que siempre el maltrato proviene de una “posición de
autoridad espiritual o religiosa” o sea se puede ser abusado por
alguien que no tiene verdadera autoridad espiritual pero quiere ser
percibido como quien tiene poder y autoridad y así tener el lugar de
influencia.
La
idea es siempre tener entretenidas a las personas, Jeremías
6:13-14, para
que ignore las necesidades reales, y así se les puede dar los
“placebos” en forma de respuestas rápidas y fáciles. (Fórmulas
para prosperar, confesar, etc.)
III.
“Jerarquicismo Góspel” Obediencia, Sometimiento, Sujeción
(Yo soy el manda Más, entendido)
En
los sistemas abusivos, los líderes estarán preocupados acerca de lo
que la gente hace, bajo una fórmula que se lee: “lo que haces = lo
que mereces”. Cuando los líderes preguntan al miembro qué hace,
en qué trabaja, cómo gasta su tiempo, no es porque quieren
considerarlos y tratar de ayudarlos, sino para decirles frases como:
“No trabaje tanto, Dios va a proveerle si sirve a la iglesia (y a
la casa del pastor) más de lo que sirve a su trabajo secular”.
Comienza
entonces un “estira-y-afloja” con el propósito de convencer a la
oveja a que dedique tiempo a “servir en el ministerio”. Si esto
no funciona por las buenas se echa mano del concepto de obediencia,
sumisión, sujeción, con el apoyo que emana del punto No. 1: “Tienes
que obedecer al varón que Dios nos puso como líder en todo lo que
él te diga, sin preguntar.” Esta idea de obediencia, cuando no es
bajo el concepto bíblico, se ejerce de forma humillante, deshonesta
y con un sentido de explotación a la “oveja”, que muchas veces
llega a la ignominia (afrenta pública).
El
sistema abusivo ha perdido, bajo el sistema piramidal, el verdadero
concepto de la obediencia. Los pasajes en los que se basa este tipo
de control a la obediencia se hallan en Romanos
13:1; 1
Pedro 5:5 y Hebreos
13:17. Sin
duda que son de suma importancia y hay que ponerlos en práctica en
nuestra vida cristiana, sólo que los líderes abusivos los leen mal
y sin el equilibrio debido. Por ejemplo, muy rara vez los líderes
mencionan Hechos
5:29, o
Jeremias
17:5
Por
otro lado, pocos o ninguno de ellos dedica el tiempo suficiente para
analizar lo que en la Biblia quiere decir la palabra “obedecer”.
Por ejemplo cuando leen en Hebreos
13:17, creen
que ya la hicieron sólo porque así lo dice la Escritura.
Pero
veamos más claramente a la luz del significado real de las palabras
obedecer y sujetar. De acuerdo a la Greek-Hebrew Key Word Study
Bible, la palabra usada es un verbo que significa: convencer
(peithesthe); por analogía, pacificar o reconciliar; también
significa confiar en, fiarse de, acuerdo, seguridad, confianza.
Finalmente: ser persuadido.
Estos
abusadores están empeñados en ser igual a Dios y no captan el
concepto de obediencia
Como
se ve, en ningún momento “obedecer” quiere decir que alguien da
una orden y el otro la acata sin pensar, sin preguntar, sin
analizarla o juzgar si esa orden es correcta desde el punto de vista
bíblico. Eso a los líderes no les interesa; una de las frases más
usadas por los sistemas abusivos es aquella que dice: “el pastor
dice que esto es una orden, así es que obedezcan y punto”.
La
otra frase que usan los abusivos es “someter/sujetar”. Los
autoritarios creen que esto equivale a que la “oveja” tiene que
agachar la cabeza y hacer todo lo que se le mande, pues está bajo
una cadena de mando que viene desde Dios, pasa por el pastor y
termina con un ujier o cosa semejante y termina con “los
hermanitos”. La palabra someter y aparece en griego siete veces en
el Nuevo Testamento; dos se refieren a la sujeción de la esposa al
marido, una a Dios, una a las autoridades del mundo, y tres a los
líderes. Al examinar estas últimas citas nos damos cuenta que
poseen dos partes y no sólo una como algunos líderes abusivos las
quieren hacer pasar; es decir, los abusivos toman la parte que les
conviene, y desechan la otra.
La
primera cita se halla en 1
Corintios 16:16. Pero
¿a quién hay que sujetarse así? ¿Quiénes son ellos?. Los
versículos anteriores son los que se comen los abusivos, 1
Corintios 16:14-15. Estos
son dos requisitos, condiciones o señales que indican a quién debe
darse obediencia en las cosas de Dios. No podemos estar obedeciendo
ciegamente a quienes se dedican a utilizar a otros para llenar sus
expectativas financieras y personales. Ahora, el final del verso 16
(que también se comen los abusivos), dice: “así también
[sujétense] a los que ayudan y trabajan”. Un signo casi equívoco
de los abusivos es que, dada su tremenda “autoridad” sobre otros,
dedican la mayor parte de su tiempo a “No Hacer Nada” (eso sí,
con mucha discreción)
La
otra cita es Hebreos
13:17. La
segunda parte del verso habla de una razón por la cual me debo
sujetar a mi líder: “porque ellos velan por vuestras almas, como
quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría” [no
groseramente ni con autoritarismo].
La
tercera cita es de 1
Pedro 5:5 y
va dirigida a los jóvenes. Esta cita es usada muy a menudo para
reprender a éstos e irles enseñando el camino de la “obediencia”
irreflexiva. De lo que nunca se habla es que estos líderes,
ancianos, pastores, deben mostrar integridad para que sean objeto de
respeto y sujeción por parte de los jóvenes. Los versos 3 y 4
hablan de que los ancianos “deben cuidar la grey, no por fuerza,
sino voluntariamente; no por ganancias deshonestas, sino con ánimo
pronto; No Como Teniendo Señorío de los que están a vuestro
cuidado, sino Siendo Ejemplo de la grey”.
IV.
Autoritarismo, o declaración de lealtad.
“Nosotros solo tenemos la verdad” esto se proyecta en todo
sistema de abuso espiritual, y quien no entienda y acepte esta
“visión” no estará a salvo , tienen que quedarse en el sistema,
así no serán considerados “rebeldes y descarriados”.
a.
Buenas tácticas para asustar
– podría llamar de “paranoia espiritualizada” “debemos
apartarnos de aquellos que no comparten el sistema nuestro para no
ser perjudicado” si te apartas de nosotros Dios te quitara tu
bendición, “quedarás expuesto al mismo Satanás” etc., etc.
b.
Buenas tácticas para humillar
– esto se hace avergonzando en publico, y provoca una actitud de no
querer ser expuesto o también de perder algún puesto en la iglesia.
c.
Soy el pastor y hay que hacerlo… Cuidado.
d.
Nadie cuestione mi autoridad…
e.
La autoridad se desprende de la Verdad
– Tomemos como ejemplo a Moisés, que claramente demostró la
autoridad como alguien que había llegado a conocer a Dios, la
autoridad no era suya, la autoridad procedía de que el decía al
pueblo, en forma veraz y clara, Exactamente lo que Dios le decía a
el. Que significa todo esto que la autoridad residía en la verdad y
no en Moisés.
V.
La gran salida
– Renovar la mente.- Romanos
12:1-2.
a.
Disfrutar de la libertad.
Galatas
5:1; 7-8.
b.
Recibiendo la abundancia.
Romanos
5:17.
c.
Recuperando la credibilidad.
(Ud. Puede tener problemas para confiar) el gato que se sienta sobre
la tapa de una estufa encendida nunca más volverá a sentarse sobre
ella, pero probablemente, tampoco se sentara sobre la tapa de una
estufa apagada.
Tal
vez muchos tendrán dificultades para volver a confiar en un sistema
espiritual, y tal vez cueste el elemento sujeción, pero es Dios que
hace la obra en nosotros. Hechos
4:23,29-30